El esperado juicio de uno de los sospechosos del genocidio tutsi, Claude Muhayimana, en calidad de perpetrador y cómplice, dio comienzo el pasado 22 de noviembre en París.

De nacionalidad francesa, Muhayimana es acusado de haber participado en la limpieza étnica de 1994 como chófer, habiendo transportado a decenas de personas hasta las localizaciones donde ocurrieron las matanzas más atroces: el complejo Saint-Jean y el estadio Gatwaro.

Tras haber sido pospuesto en numerosas ocasiones debido a procedimientos judiciales, y posteriormente por la pandemia de la COVID-19, el juicio nunca fue cancelado gracias a la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad. Ahora, como analiza el abogado ruandés Richard Gisagara, el país conocerá la verdad acerca del destino que aconteció a más de 50.000 Tutsis.

No deja de resultar curiosa la participación francesa en la lucha contra la impunidad ante crímenes de lesa humanidad, cuando el gobierno francés nunca asumió responsabilidad formal por la masacre de Srbrenica. Como resalta Alice Kagina, Francia sigue siendo el hogar de personas como Agatha Kanziga, viuda del expresidente de Ruanda Juvénal Habyarimana, a quien el gobierno de Kigali señala como sospechosa de participar en el genocidio de 1994.

No obstante, no ha de olvidarse que este es un lado de la historia y que también se acusa a la élite del Frente Patriótico Ruandés (FPR), de Paul Kagame, actual presidente de Ruanda, de ser responsables de haber provocado el genocidio de 1994 con el magnicidio de Habyarimana y Cyprien Ntaryamira, presidente de Burundi, y de la masacre de cientos de miles de ruandeses y congoleños en tierras de la República Democrática del Congo (RDC). Aun así, la sociedad queda a la espera de un fallo que, con toda esperanza, ayudará a las familias de miles de Tutsis a conocer la verdad y recibir justicia.

Fuente: The New Times, Fr24 News

[Traducción y edición, Araceli Guerrero García]

[CIDAF-UCM]

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