Un hombre da la espalda a cámara mientras mira a unas casas en Copenhague. Así comienza uno de los protagonistas su narración, conicdo como «The Shadow», describiendo cómo fue víctima de los reclutadores del grupo armado somalí al-Shabab. «Warriors from the North» es un documental de 2014, pero su temática sigue siendo, tal vez ahora incluso más que antes, tan actual que duele.
El joven antes mencionado explica las condiciones que hacen que los varones como él sean susceptibles a ser tentados por la «guerra santa»: «nada en mi vida tenía sentido«. Tan elocuente resulta su relato que se podría pensar que fue escrito, pero lo que le sucedió es tan real como las escenas de un ataque suicida perpetrado por uno de sus antiguos amigos.
Otros varios combatientes, muy jóvenes y procedentes muchos de los Países Bajos, manteniendo oculta su identidad, explican por qué abandonaron su hogar y por qué están preparados para morir.
Abukar, un limpiador, representa la voz de los padres que están haciendo todo lo posible para convencer a sus hijos de regresar a casa.
Punto de vista de los directores Nasib Farah y Søren Steen Jespersen
«Warriors of the North» trata sobre aquellas personas que son fáciles de condenar y calificar como «extremistas» o «locos yihadistas», pero son a su vez jóvenes que crecieron en los suburbios de la Europa Occidental. Fueron a guarderías, colegios e institutos públicos. Nos guste o no, forman parte de nuestras sociedades y no tenemos más remedios que intentar comprenderles.
Los políticos están tratando de convencer a sus votantes de que la venganza, las prisiones y las deportaciones son las únicas respuestas efectivas a la radicalización. Creemos que todos necesitamos entender por qué algunos jóvenes somalíes eligen unirse a al-Shabab y cometer ataques suicidas. Pero tenemos que entender los antecedentes específicos de cada caso.
La vida de los jóvenes somalíes que huyeron de la guerra civil a Dinamarca y al resto de Europa Occidental no es fácil. Cada día se enfrentan a la discriminación, al desempleo y al aislamiento. Al hacer este documental hemos sido testigos de todo eso. Un viernes por la tarde, después de haber estado trabajando en nuestra oficina, Nasib, uno de los directores, también negro y de origen somalí, fue detenido por la policía. Inmediatamente fue interrogado sobre su actitud hacia el terrorismo, al-Shabab, la piratería… Nos abrió los ojos. Esto nunca le hubiera pasado a un blanco en nuestro pequeño equipo de cine.
No hay excusa para matar a civiles inocentes, pero la discriminación y la falta de integración hacia la comunidad somalí es parte de la explicación del problema. Y nosotros, la mayoría blanca de estos países, tenemos que adoptar una mirada crítica hacia nuestro propio papel en la radicalización de estos jóvenes.
Fuente: aljazeera.com
[Traducción y edición Mario Villalba]
[Fundación Sur]
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