Después de un día salvaje acaecido en Conakry el pasado lunes, día 23, se sucedieron las llamadas a la calma tanto a los activistas de la oposición como del movimiento. El martes el tráfico se reanudó por la mañana en las zonas más caliente de la capital y muchos guineanos creyeron que se había puesto fin a la violencia política.
Por la tarde, sin razón aparente, subió la tensión en el barrio de Taouyah, una de las áreas donde tuvieron lugar los incidentes del fin de semana. Un vehículo de la escolta de Cellou Dalein fue quemado por militantes del partido gubernamental, Rassemblement du Peuple Guinéen (RPG), mientras que la esposa de este último se encontraba entre el séquito. La respuesta no se hizo esperar en la zona de Hamdallaye Bambeto y Cosa.
En Taouyah, al mediodía del martes, fuimos testigos del lanzamiento de piedras entre militantes de los dos grupos políticos. Una señora nos informó con tristeza sobre el incendio de una vivienda en la zona de «molatoureya», dato que no hemos podido verificar debido al aumento de la tensión. Cuando salimos de la escena, la policía comenzaba a desplegarse y a controlar el lugar.
Suceso perturbadores ocurrieron durante estos enfrentamientos cuando ciudadanos comunes fueron agredidos y heridos por cuestiones raciales. A veces, los manifestantes de un bando cogían a la supuesta etnia del otro bando dando lugar a conflictos.
Babaen Sow
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