Cinco activistas han sido galardonados con los premios de Human Right Watch, por su coraje al denunciar los abusos y por su búsqueda de la justicia. Estos defensores de los derechos humanos, de Burma, Congo R.D. Arabia Saudí, Sri Lanka y Uzbekistan, han recibido el prestigioso galardón 2008 de Defensores de los Derechos Humanos, que concede la organización Human Right Watch, cada año. Los cinco han sido perseguidos y amenazados por su trabajo.
“las mujeres y los niños están pagando muy cara la guerra en la República Democrática del Congo”, asegura Mathilde Muhindo, la galardonada del galardón de derechos humanos de la República Democrática del Congo, “La violencia sexual en las provincias del este debería verse en su propio contexto, como una guerra dentro de la guerra; una guerra contra las mujeres”.
Muhindo, que fue miembro del Parlamento de Congo, trabaja en apoyo de las víctimas de violación en el Kivu Sur, en el este de Congo, una zona desgarrada por el conflicto armado desde hace más de 10 años, hasta nuestros días. Mathilde lucha por llamar la atención sobre la utilización generalizada y muy extendida de la violencia sexual por parte de las tropas del Gobierno y de los grupos armados, esta violencia incluye, además de multitud de violaciones, esclavitud sexual, violaciones en grupo y mutilaciones, y sobre las desastrosas consecuencias de esta situación para las víctimas.
Como directora del Centro Olame, una organización no Gubernamental de mujeres, Muhindo presta atención psicológica de urgencia y asistencia a las víctimas de estos abusos, y pretende dar poder a las mujeres para luchar contra la omnipresente discriminación y la violencia sexual. Para combatir esta crisis, donde decenas de miles de mujeres y niñas han sido violadas, Muhindo ha fundado un comité parlamentario para investigar la violación como un arma de guerra.
En asociación con Human Right Watch y otros grupos, Muhindo ha ejercido presión ante la Unión Europea, los Estados Unidos y otros, para que ayuden a detener las atrocidades que se están cometiendo en el este del Congo. La galardonada lidera una coalición local de organizaciones de mujeres que trabajaron mucho para lograr que se aprobase una ley comprehensiva sobre violencia sexual. Muhindo se enfrenta a amenazas de muerte por su trabajo, pero se niega a permanecer en silencio, por eso HRW ha querido premiar su dedicación incondicional a la seguridad y los derechos de los más vulnerables y a menudo olvidados del este del Congo, las mujeres.
(Human Right Watch, 16-09-08)