El ex Presidente de Malaui, Bakili Muluzi, que ha estado bajo arresto domiciliario por un supuesto intento de golpe de Estado, tuvo una calurosa recepción de cientos de seguidores, cuando compareció ante el tribunal, el pasado día 29, para la imposición de una fianza.
Muluzi está acusado de intentar derrocar a su sucesor, el Presidente Bingu wa Mutharika, con la ayuda de un antiguo alto mando del ejército. Aún no ha sido acusado formalmente desde que fue arrestado el pasado domingo, día 25, cuando volvía de unas vacaciones en Gran Bretaña.
Él ha negado todas las acusaciones, alegando que los documentos que le mostró la policía, que le relacionaban con el complot, eran “de risa y falsos”.
El ex presidente no iba esposado a su llegada al tribunal de la capital comercial, Blantyre, en un coche privado, seguido de varios coches de la policía. Llegó sonriente y saludando a los seguidores que le aclamaban, a los que se tuvo que prohibir la entrada al Tribunal.
Muluzi, que gobernó Malaui desde 1994 hasta 2004, con el partido Frente Unido Democrático, gritó a su llegada “Este Gobierno es inútil, es inútil y lo estoy diciendo pública y abiertamente”, provocando los aplausos de la multitud.
El abogado de Muluzi pidió a la corte que se dejase en libertad sin cargos a su cliente ya que el gobierno no ha presentado ninguna acusación formal en las 48 horas siguientes a su arresto y calificó el arresto de ilegal y anticonstitucional.
Sin embargo el fiscal general aseguró al tribunal que las investigaciones todavía se están llevando a cabo, pero que es seguro que existe una gran conexión de Muluzi con la trama, y que si se le deja en libertad, se estaría entorpeciendo la investigación y se correría el riesgo de que algunas pruebas fueran destruidas.
El juez, Joseph Manyungwa, tras escuchar atentamente todos los argumentos declaró que daría su declaración un día más tarde.
(IOL, 30-05-08)