La situación en el estado de Benue, al sudeste de Nigeria y frontera con Camerún, es de tensión máxima. El temor a las inundaciones derivadas de las crecidas del río Benue preocupa notablemente a una población local en la que domina el campesinado.
El plan de liberación de aguas que pretenden implementar las autoridades camerunesas ha activado a la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias de Nigeria (NEMA), la cual se ha visto obligada a decretar el estado de alerta en nueve estados federados debido a las potenciales inundaciones que tendrán lugar tras la apertura de la presa de Lagdo, en el vecino Camerún.
La NEMA se ha comprometido con la población civil a proporcionar actualizaciones a medida que reciba información de los organismos pertinentes y ha aconsejado a los estados afectados que activen sus planes de respuesta de emergencia. James Iorpuu, secretario ejecutivo de la NEMA en el estado de Benue, el cual se prevé que se verá más castigado por la crecidas, anunció a la población que las autoridades federadas están trabajando estrechamente con Abuja para intentar minimizar los potenciales daños, tanto materiales como humanos.
La falta de determinación y claridad en las recientes declaraciones de Ugwu Odoh, comisario de Recursos Hídricos, Medio Ambiente y Cambio Climático, así como de las autoridades gubernamentales de Benue, ha suscitado dudas acerca de las capacidades con las que cuenta este estado ante la catástrofe que se cierne sobre él, provocando que las poblaciones cercanas al cauce del río comiencen a ser abandonadas por sus habitantes.
Fuente: Guardian Nigeria – Imagen: Wikimedia Commons
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]