Cinco de los trabajadores petroleros chinos, secuestrados en Sudán, han sido asesinados por sus captores, según ha declarado el ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán. Ali al-Sadiq, un portavoz del ministerio, ha declarado que otros dos secuestrados han logrado escapar con heridas leves, y otros dos, permanecen secuestrados.
El portavoz sudanés aseguró que los asesinatos “estilo ejecución” se han producido sin provocación y que al dar muerte a los rehenes, aparentemente los secuestradores van a seguir adelante con sus amenazas para expulsar los intereses chinos de Sudán.
El portavoz aseguró que no se habían producido enfrentamientos y desveló que los jefes tribales de la zona habían estado negociando con los secuestradores para resolver esta crisis.
Los nueve hombres fueron secuestrados, junto con sus dos conductores sudaneses, cerca de la disputada región rica en petróleo de Abyei, el pasado 19 de octubre. El equipo chino estaba trabajando para la Corporación Nacional China Petroleum, CNPC, cuando fue secuestrado.
El campo de petróleo está gestionado por la Compañía GNPOC, (Greater Nile Petroleum Operating Company), un consorcio de cuatro compañías petroleras de China, India, Malasia y Sudán.
Uno de los conductores sudaneses logró escapar poco después del secuestro. Una fuente anónima diplomática, declaró poco después del ataque que miembros de la tribu árabe Messeria, habían llevado a cabo el secuestro para intentar obtener una mayor parte en el reparto de los beneficios generados por el petróleo de la región.
Pero al-Sadiq asegura que los secuestradores eran habitantes de Kordofan, que han seguido instrucciones del grupo rebelde llamado Movimiento para la Justicia y la Igualdad, de la adyacente región de Darfur.
Un portavoz del grupo por su parte, Ahmed Hussein, ha declarado que su grupo no tiene “nada que ver con este incidente”. “Esta es la manera de actuar del Gobierno de Sudán… distraer la atención de los asuntos principales de la crisis en el país y del juicio criminal contra el presidente Al-Bashir”, declaraba Hussein.
Al Bashir fue acusado en julio, por el fiscal general del Tribunal Penal Internacional, de haber cometido genocidio en la campaña de Darfur. La emisión de la orden de busca y captura del Tribunal es´ta todavía por decidirse.
El secuestro de los trabajadores chinos es el tercer incidente de este tipo que ocurre en los últimos años en la región, fuente de la mayor parte de la riqueza por el petróleo sudanés.
(Aljazeera, 28-10-08)