El recién presentado acuerdo para establecer un impuesto mínimo sobre sociedades global cuenta con el apoyo de 130 países, pero no todos las naciones africanas están a favor. Este acuerdo, resultado de una década de trabajos, se estableció como prioridad en la conferencia del G7 del pasado mes en Gran Bretaña. Cuenta con el apoyo de Estados Unidos y de muchos países europeos y organizaciones internacionales, incluida la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que lidera la iniciativa. El secretario general de la organización, Mathias Cormann, expresó que esta iniciativa representa un hito importante hacia la justicia fiscal.
«Tras varios años de esfuerzos y negociaciones intensas, este paquete histórico garantizará que las grandes multinacionales paguen su parte justa de impuestos en todo el mundo».
Algunas normas de este acuerdo incluyen provisiones para establecer un porcentaje mínimo del 15 % para las empresas multinacionales o la redistribución de parte del excedente de los beneficios de las multinacionales en los países donde obtienen beneficios sin tener una presencia física.
«Este paquete no elimina la competencia fiscal, como no debería, pero establece limitaciones acordadas multilateralmente. También acomoda los diversos intereses que hay en la mesa de negociaciones, incluidos aquellos de las pequeñas economías y jurisdicciones en desarrollo».
Sin embargo, algunos países en desarrollo se muestran reticentes a adherirse a esta iniciativa, entre los que se incluyen Kenia o Nigeria, mientras que otros países ni siquiera forman parte del Marco Inclusivo de Fiscalidad de la OCDE. Nigeria se encuentra entre los países que perciben el nivel del 15 % como un tipo impositivo insuficiente y que debe incrementarse al 30 %.
Hay 23 naciones africanas que apoyan la iniciativa, como las naciones insulares de Mauricio y Seychelles, que durante muchos años han sido objeto de crítica por políticas que favorecen la evasión fiscal. Por su parte, Sudáfrica también ha mostrado su apoyo, junto con Túnez, Senegal y otros países de África Occidental. El African Tax Administration Forum señaló que todavía queda trabajo por hacer para culminar las nuevas normas con el fin de garantizar una fiscalidad más equitativa y detener los flujos financieros ilícitos desde África.
Por su parte, el G20, en su última reunión que tuvo lugar el pasado sábado y en línea con la OCDE, ha mostrado su firme apoyo a esta iniciativa.
«El Marco Inclusivo ofrece una oportunidad para que un amplio número de países profundicen en estos esfuerzos, pero si el proceso pretende producir un resultado equitativo, será importante que los países desarrollados no ejerzan presión política sobre los países en desarrollo».
Fuente: Africa Times
[Traducción y Edición, Omar Benaamari Hedioued]
[Fundación Sur]
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