Visibilizando la súper explotación de las mujeres negras

La mala interpretación liberal de las políticas de identidad, que favorece a progresistas neoliberales, ha desestimado el radicalismo innato de un feminismo centrado en las trabajadoras negras.

«Los» avances «de las mujeres negras no pueden aislarse de su posición de clase más de lo que pueden hacerlo los avances del hombre negro».

«Aunque estamos de acuerdo con la teoría de Marx en lo que respecta a las muy especificas relaciones económicas que analizó, sabemos que su análisis debe extenderse aún más para que podamos entender nuestra especifica situación económica como mujeres negras». – The Combahee River Collective Statement, 1977

«El concepto de la simultaneidad de opresión sigue siendo el quid de una comprensión feminista Negra de la realidad política y, creo, una de las más significativas contribuciones ideológicas del pensamiento feminista negro». – La feminista y erudita negra Barbara Smith, 1983

La posición situacional sistemática de las mujeres negras, particularmente en los Estados Unidos, se ha explicado durante décadas, bien se haya llamado «triple opresión», «double jeoardy» o, más notablemente, «interseccionalidad». Mientras que la manera de pensar que ha hecho progresar el feminismo negro difiere en tendencia política, todos reconocen el eje de opresiones que existen cuando se es negra y mujer.

A medida que este reconocimiento comenzó a resurgir en la última década debido, en parte, al resurgimiento de las redes sociales de la (olvidada) erudición feminista negra, ha surgido también un enfoque poco dialectico sobre lo que es el feminismo negro como ideología política y praxis. Esto ha provocado críticas fuertes, y muchas veces merecidas, pero mal orientadas.

Es cierto que he hecho comentarios reaccionarios, de mala fe, rechazando las críticas al «feminismo negro». Es injusto de mi parte determinar el contexto en el que las críticas (cis-hetero masculinas) del feminismo negro se derivan de odio hacia las mujeres negras.(feminidad). Como materialista entiendo que las críticas al feminismo negro son, a menudo, críticas a una especifica y más prominente interpretación del feminismo negro. Esas críticas no tienen quizá suficientemente en cuenta las diversas formas que adopta el feminismo negro o abordan lo que realmente es feminismo.

Estas críticas se dirigen a las mujeres negras que tienen una ideología feminista politica liberal, una centrada en cuestiones occidentales individualistas y no encuentran utilidad en un enfoque internacionalista verdadero y orgánico del feminismo. Las políticas feministas liberales practicadas por mujeres negras redefinen el ser mujer como la antítesis del «feminismo blanco», “CENTRES CANCELLING” y una serie de otras acciones falaces que no tocan de manera concreta los problemas específicos de las mujeres negras enredados en las dinámicas de la clase pobre, no solo de raza y clase sino de género [binarios].

Esta práctica, vista y alabada online, también llena los espacios académicos. Esto es lo que las críticas al feminismo negro describen como la totalidad de la teoría feminista negra y los principios de los que deriva. Esto no sólo hace que las críticas al feminismo negro sean miopes, sino que una invalidación del feminismo negro (y género femenino) como ideología política impide cualquier apariencia de liberación.

La crítica general, en este caso, se utiliza como una forma de explicar las circunstancias personales simplemente porque es más fácil hacerlo así. En lugar de atacar el neoliberalismo y el neocolonialismo, las principales contradicciones directamente responsables de la guerra internacional y doméstica organizada contra los negros (en particular y descaradamente contra los hombres negros), los críticos del feminismo negro eligen creer que son los avances de las mujeres negras a través de condiciones represivas que contribuye a mantener «al hombre negro abajo», dejando así la estructura familiar negra vulnerable.

Sin embargo, los «avances» de las mujeres negras no pueden aislarse de su posición de clase como tampoco los avances del hombre negro. Lo que hacen la mayoría de las críticas (cargadas emocionalmente) del feminismo negro es rechazar el carácter de clase. El carácter de clase nos ayuda a comprender nuestra posición material dentro de este sistema.

En la teoría marxista, el carácter de clase está determinado por las dos clases principales en la producción capitalista, la burguesía y el proletariado. En pocas palabras, los que tienen y los que no tienen. A los negros en los EE. UU. se nos impide por raza y sistemáticamente ser dueños de los medios de producción, rara vez nos convierten en capitalistas, pero a menudo en aduladores. La división actual del carácter de clase de los negros en los EE. UU. Cae a menudo bajo la pequeña burguesía o el proletariado en aumento (lumpen): la clase media y la clase privada de oportunidades de empleo.

Como lo demuestran personalidades y academia online, muchas de las personas que hablan en nombre de la teoría feminista negra y del género femenino (o intentan mantenerla) provienen de un entorno de pequeña burguesía o se han alineado con la pequeña clase burguesa a través de avances profesionales. Esto les ha brindado ciertas oportunidades, experiencias vividas y puntos de vista. Esta clase de personas inevitablemente obstaculiza el avance de nuestra lucha de liberación en su conjunto porque su carácter de clase está vinculado a la votación, cómo votan y para qué votan. Dado que el feminismo se ha diluido en una progresiva ideología política y no en el movimiento radical que las teóricistas feministas negras habían defendido, es muy probable que estas mujeres aboguen y voten a favor del partido democrático que promete reformas e igualdad. Pero como sabemos, estas son y siempre han sido promesas vacías.

En lugar de progreso, con la ayuda de la pequeña clase burguesa que aspira a convertirse en la burguesía, se introducen políticas neoliberales que perjudican directamente a las comunidades negras, tanto nacionales como internacionales. Las aspiraciones de la pequeña burguesía están directamente en conflicto con la mayoría de los negros en los Estados Unidos. Lo que es lamentable es que las críticas al feminismo negro no abordan el carácter de clase como si dijera que todas las personas negras provienen de la misma posición de clase, lo que hace que el feminismo negro sea especialmente peligroso para las comunidades negras porque sólo busca avanzar a las mujeres negras.

Esta lógica y razonamiento no solo son intelectualmente perezosos, sino que ignoran el marco y la erudición específicos de las condiciones de la clase trabajadora negra pobre descritas por mujeres negras como Claudia Jones, Frances Beal y otras que entendieron que liberar a las mujeres negras del triple eje de opresión (clase, raza, género) provocado por el capitalismo liberaría a todos los negros. La mala interpretación liberal de la política de identidad, que favorece a los neoliberales progresistas, ha dejado de lado el innato radicalismo que es un feminismo negro centrado en los trabajadores, o más específicamente la femeneidad.

El sistema capitalista dentro de los Estados Unidos define la virilidad basada en cosas inconsecuentes como «buen trabajo», «mucho dinero», «autos lujosos», etc. El feminismo liberal de prominentes personalidades online se apoya en esta definición, manteniendo así el binario de género, permitiendo que la dignidad esté determinada y clasificada segun el trabajo y la productividad. Esta es la práctica que críticos del feminismo negro destacan para demostrar sus puntos de vista.

Como se señaló anteriormente, la mayoría de los negros en los Estados Unidos no son pequeños burgueses. Cuando hay un grupo de personas que reclaman una ideología de la manera más reaccionaria, luchando contra ejemplos capitalistas definidos de «dignidad», tiene sentido que invite al resentimiento y al rechazo. Circunstancialmente, hombres negros (y niños) sufren bajo el estado carcelario que protege los intereses capitalistas. Los hombres negros se ven excluidos de oportunidades de empleo y con sus destinos forzados a la criminalización. Una sociedad patriarcal que no cumple con la definición capitalista de «dignidad» rechazará comprensiblemente el «feminismo» y lo etiquetará como enemigo porque derribar es siempre más fácil que la introspección sobre nuestras condiciones.

El feminismo liberal dominante abrazado por algunas mujeres negras, que ha demostrado que es más de sostener plataformas (y empleos) que liberar comunidades, no es la suma y la totalidad de las muchas tendencias políticas de la teoría feminista negra. Y si bien estas mujeres liberales negras pueden citar a las mujeres negras radicales que las precedieron, no estudian ni siguen sus enseñanzas actuales, no más que las personas que lo rechazan por completo.

La teoría feminista negra ha sido informada por muchas becas que dan lugar a experiencias particulares que enfrentan las mujeres negras al comprender nuestra posición en relación con el sexismo, la opresión de clase y el racismo. Reconoce que las mujeres negras se posicionan dentro de las estructuras de poder de maneras fundamentalmente diferentes que las mujeres blancas. La esclavitud y la segregación racial en los Estados Unidos colocan a las mujeres negras en una posición única dentro del «movimiento de mujeres» convencional.

Durante la Gran Depresión y la era de Jim Crow de la década de 1950, las mujeres negras fueron relegadas a trabajos mal pagados principalmente como empleadas domésticas. A diferencia de los hombres negros, las mujeres negras, aunque fueron las principales organizadoras de los derechos de los trabajadores, quedaron excluidas de las organizaciones laborales porque el trabajo doméstico no era reconocido como forma de trabajo. Esto inevitablemente consignó a las mujeres negras a la «marginación y exclusión de las redes sociales y la legislación laboral que benefició a otros trabajadores continuando así su súper explotación», como señaló Claudia Jones.

A medida que las mujeres negras continúan expandiéndose más allá del trabajo doméstico y obtienen los proverbiales «asientos en la mesa», lo cual no viene sin compromiso, han logrado, de alguna manera, olvidar a las trabajadoras [domésticas] negras y de bajos salarios. De alguna manera, han descartado o ignorado que lo que han dejado de lado son sus «hermanas» negras del proletariado (tanto cis como Trans) y las que quedan dependientes de economías de subsistencia. Aquí es donde se evidencian las contradicciones del feminismo negro.

Cuando las plataformas se vuelven más importantes que la ideología, los mensajes se vuelven intrincados y distorsionados. El malentendido de una teoría radical defendida por mujeres negras que eran / son socialistas revolucionarias y marxistas se ha convertido en una forma reaccionaria liberal de feminismo negro enraizado en el estado carcelario con la dignidad basada en la productividad y el trabajo. Definir asi la dignidad tiene graves efectos intracomunitarios, como se ejemplifica a través de laviolencia doméstica y callejera. La manera en que lidiamos actualmente con ambos actos de violencia en nuestras comunidades bajo la apariencia de «Proteger [cis y trans]» a las mujeres negras, a menudo, resulta en abogar por un estado policial.

Debemos RECENTRAR las enseñanzas radicales de nuestras madres negras que no descartaron a los hombres negros como «los eslabones más débiles», sino que los desafiaron, lucharon con ellos como protesta directa de nuestra colectiva disponibilidad. Debemos RE CENTRAR la ideología inclusiva que acoge y protege a nuestros Trans sibs. Debemos RE CENTRAR a la clase trabajadora y denunciar el individualismo. Debemos RE CENTRAR el internacionalismo. DEBEMOS comprender que las mujeres negras de la clase trabajadora son los latidos del corazón de la comunidad. Mientras las mujeres negras continúen luchando, también la comunidad negra continuirá luchando.

El feminismo negro y más específicamente la femeneidad son ideologías restaurativas, no reaccionarias. La teoría feminista negra está informada por la absoluta necesidad de desmantelar un sistema capitalista que defiende un binario de género que coloca a las mujeres negras desproporcionadamente en las filas de la clase trabajadora pobre. Comprenderlo requiere reconocer que abordar las contradicciones de raza y clase debe ocupar una posición central en la liberación de las Mujeres Negras. Solo así será útil para la liberación de TODOS los oprimidos por el sistema.

Erica Caines

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Fuente: Black Agenda Report

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]

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