Mujer víctima de exclusión social por brujería es rehabilitada por su sobrino.

15/03/2013 | Crónicas y reportajes

Collette Noosyamba Ouedraogo lo ve como un regreso de algún lejano lugar: “Estaba muerta, pero gracias a Naaba Sigiri he vuelto a la vida. Me expulsaron, me rechazaron y me condenaron a la desesperación, pero hoy he recuperado mi dignidad y siento como si hubiera nacido de nuevo. Ahora ya me puedo morir en paz”.

Así lo siente Collette Noosyamba Ouedraogo, que ya no tendrá que volver al Centro de acogida para mujeres acusadas de brujería de la parroquia de Bokin. En efecto, el jueves 21 de febrero de 2013, Collette dejó definitivamente el centro Sainte Anne para volver a su pueblo natal, Sêgdin, en la circunscripción de Bokin, provincia de Passoré, Burkina Faso, del que fue expulsada cuando era sólo una adolescente, haciéndole vivir una experiencia dolorosa que sigue sin poder olvidar a pesar de su avanzada edad.

Collette recuerda que su calvario empezó cuando, sin estar casada, siendo sólo una jovencita que vivía con sus padres, se quedó embarazada. Su familia lo vivió como una deshonra y la condena no se hizo esperar. La marginaron y tuvo que dejar para siempre el pueblo y a los suyos. Se marchó entonces al pueblo de su amante, con el que se casó. Los años fueron pasando y las distintas mediaciones que se llevaron a cabo a lo largo de ellos acabaron por dar sus frutos: a Collette se le levantó la prohibición de regresar a su pueblo natal y pudo sentir de nuevo la dicha de volver a él, tras varios años de exilio. Pero la felicidad no duró mucho, pues unos años después, al producirse un fallecimiento en el pueblo de Ketgo, en el que vivía con su marido y sus hijos, la acusaron de brujería. Obligada a abandonarlo todo otra vez, se marchó a Sêgdin, dejando atrás a su marido y a sus hijos, pero en su pueblo, en lugar de aceptarla, ratificaron la acusación, como si quisieran vengarse aún más por la deshonra pasada.

Acudió entonces a la misión católica a pedir cobijo, se lo dieron y desde 1987 formó parte de la comunidad de mujeres acusadas de brujería en el centro Sainte Anne de la parroquia de Bokin. Tras haber permanecido casi 30 años allí, el momento de felicidad con el que soñaba en secreto le llegó de la mano de su sobrino, Naaba Sigri, actual jefe del pueblo de Sêgdin que afirma hoy haberse sentido profundamente conmovido, ante los múltiples actos de concienciación a favor de la rehabilitación de mujeres víctimas de exclusión social por acusación de brujería, y añade: “Hoy, muchas personas creen que la acusación por brujería no desaparece porque los jefes de las pueblos siguen apoyándola, pero la verdad es que muchas veces el jefe se ve enfrentado a hechos consumados. En lo que a mí respecta, con mi decisión de traerme a mi tía Collette conmigo, pretendo manifestar mi rechazo a ese fenómeno de exclusión que sufren las mujeres entre nosotros y contribuir a concienciar a mis súbditos y al resto de la población de la provincia de Passoré, en cuyos pueblos se registra la tasa más elevada de acusación por brujería y, por tanto, de exclusión social”.

Los responsables del centro Sainte Anne no pueden ocultar su satisfacción y confían en que acciones como ésa se produzcan cada vez con más frecuencia, para que otras mujeres puedan también sentir la alegría que supone recobrar su dignidad y regresar a sus pueblos. Ese es el regalo que las mujeres víctimas de exclusión confían en poder recibir algún día. Así que, desde aquí, os hacemos un llamamiento a las familias y a las personas de buena voluntad, sobre todo a los hijos e hijas, a los nietos y sobrinos de todas las mujeres víctimas de exclusión social, para que seáis conscientes de hasta qué punto ellas sufren y esperan de vosotros un acto de amor y de consuelo: liberadlas y su bendición os acompañará hasta el final de vuestra vida.

Olivier Poly Lompo (Blog: lompoly.over-blog.com)

(Bokin, Burkina Faso)

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