Los tribunales estudian una demanda contra 5 Presidentes africanos que tienen posesiones millonarias en Francia

11/03/2008 | Crónicas y reportajes

La lista es impresionante. Una finca con estilo que vale 21 millones de dólares, numerosos pisos de lujo e incontables coches de lujo, todo pagado con dinero en efectivo y todos a nombre de cinco Jefes de Estado africanos y sus familias.
Los detalles de las adquisiciones son parte de un dossier creado para las investigaciones de un magistrado francés, al que tuvo acceso Al Jazeera. Los documentos fueron reunidos por la policía, después de que una ONG iniciase un caso de anticorrupción contra Omar Bongo, Denis Sassou Nguesso, Blaise Compaore, Eduardo Dos Santos y Teodoro Obiang –los Presidentes de Gabón, Congo Brazzaville, Burkina Faso, Angola y Guinea Ecuatorial.
El juicio civil ya ha sido desestimado una vez por los tribunales franceses, pero los activistas mantienen sus acusaciones con una lista de propiedades multimillonarias en Francia y coches de lujo que fueron comprados por los jefes de Estado africanos.
Entre los documentos hay títulos de propiedad, cheques, órdenes de transferencia y recibos enviados por vendedores de coches de lujo, que dan muestras de un estilo de vida extremadamente caro, que resulta muy sospechosa para los investigadores y los activistas anticorrupción.
Hay una copia de un cheque de 390.000 euros por la entrega de un coche a la mujer de Bongo, para su uso personal. La factura se pasó directamente a la cuenta del tesoro público de Gabón en Francia.
La familia del Presidente de Congo Brazaville, ha decidido, en los últimos meses invertir en bienes inmuebles, el séptimo distrito, una de las partes más caras y ricas de París. La mujer y el hijo de Denis Sassou Nguesso, decidieron comprar dos pisos en una misma calle, por un importe de 7.2 millones de dólares.
Fuertes sospechas
William Bourdon, un prestigioso abogado francés, declaró a Al Jazeera que todas estas adquisiciones “No pueden haber sido financiadas con el sudor de la frente de esos jefes de estado”, “ni sus hijos ni sus primos son conocidos precisamente por unas capacidades comerciales o empresariales brillantes”, declaró.
“Hay fuertes sospechas de que el dinero pagado por todo eso proviene de dinero público robado. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas han denunciado regularmente la corrupción de algunos líderes africanos”, añadió el letrado.
La exposición pública de la riqueza personal acumulada en el extranjero por los presidentes, cuando las condiciones de vida de sus propios ciudadanos están muy por debajo del umbral de la pobreza, está causando enfado e indignación.
“Es escandaloso, estamos enfadados con los que están al frente de un país en donde parece que no pueden comprar ni un banco de escuela para los niños, poner electricidad en las ciudades para que la gente tenga luz, que no puedan poner sistemas de procesamiento de agua para que la gente tenga agua potable”, declara Serge Moutsila, de la Federación de Congoleños en la Diáspora, “¿Para qué se compran ferraris si en sus países no hay carreteras? ¿Qué sentido tiene?”, plantea.
Los ciudadanos africanos residentes en Francia quieren presentar una demanda contra los presidentes a los que acusan de malversación y corrupción. Los bancos franceses y las empresas que han hecho negocios con las personalidades denunciadas, también podrían enfrentarse a cargos de blanqueo de dinero.
Al Jazeera contactó con las embajadas en París de Angola, Burkina Faso, Congo Brazaville, Guinea Ecuatorial y Gabón.
Angola, Burkina Faso y Gabón negaron las acusaciones. Los otros se negaron a hacer comentarios.
“Una tragedia”
Transparency International UK, TI UK, es una organización que intenta combatir la corrupción por todo el mundo. Laurence Cockcroft, director de TI UK, declaró que “la comunidad internacional está empezando a tomar medidas drásticas sobre este asunto a través de una variedad de instrumentos internacionales.
“Pero estos instrumentos no son suficiente. Necesitamos implementarlos efectivamente, no sólo en los países que están siendo saqueados sino también en los países que reciben esos recursos. Es una tragedia, especialmente para un continente que vive en una pobreza extrema”.
(Al Jazeera, 20-02-08)

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