Inmunidad no es Impunidad

25/02/2008 | Editorial

Cada paso que se tome en la lucha contra la corrupción es bienvenido. Muchos lamentan la situación actual en la que países pobres estén gobernados por multimillonarios. Así se da la paradoja que aunque África tiene un patrimonio muy rico, también es el continente más pobre, en muchos casos necesitando ayuda exterior para su propio desarrollo. Los factores que hacen posible esta realidad son diversos y complejos. Pero eso no significa que no se puedan dar pasos positivos para que el patrimonio de África sea explotado para el bien común de todo el continente, y sea de uso exclusivo de algunos individuos o compañías. Uno de esos factores es la apropiación indebida del patrimonio nacional por los dirigentes del país.
Que los dirigentes políticos suelen beneficiarse de su puesto para enriquecerse es algo que pasa en todo el mundo, incluso en Europa, pero eso no significa que deban hacerlo impunemente, y para eso se necesita un poder judicial independiente del poder político para que puedan investigar los abusos de poder y corrupción del poder político . En el caso africano la situación es más acuciante.
Si Europa quiere de verdad ayudar al desarrollo integral de África, debería ser consciente que colabora en la expoliación de África permitiendo, entre otras cosas, que los fundos públicos apropiados por los dirigentes políticos africanos sean blanqueados y convertidos en patrimonio personal. Lo mismo que la Hacienda española investiga la procedencia del patrimonio de los españoles para ver si procede de actividades legítimas o delictivas, cuanto más se debe investigar las grandes cantidades de divisas procedentes de países en vías de desarrollo.
La inmunidad parlamentaria no puede ser un cheque en blanco de impunidad criminal.

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