En el continente africano se celebran anualmente varios festivales que giran en torno al teatro. El MASA (Costa de Marfil), el FITMO (Festival de marionetas de Abiyán) o el Festival de Teatro de Cartago (Túnez) son algunos de ellos. En Benín se ha desarrollado desde el pasado día 16 hasta el 24 de este mes uno con la vocación de desarrollar un teatro que genere un compromiso cívico y social.
Creado en 1990 el Festival Internacional de Teatro de Benin (FITHEB) nació bajo la aspiración de convertir a esta ciudad en la capital mundial del teatro. Así se constituyó esta bienal cuyo principal objetivo es promover y celebrar el teatro beninés y africano, en todas sus formas y de la que este año se ha celebrado su 14 ª edición. Allí se han visionado obras de compañías beninesas y del resto del continente llegadas desde Madagascar, Túnez, Burkina Faso, Camerún, Togo o Costa de Marfil.
Alejandro de los Santos, como responsable de Relaciones con África de MAPAS, ha participado en el mismo. En su opinión, “el FITHEB es uno de los festivales de teatro históricos del África francófona. Hace 25 años que existe. Y su importancia reside también en la vocación itinerante que tiene, se celebra en 6 ciudades, por donde van pasando obras de diferentes países. Este año las obras han destacado por la crítica mordaz a los gobernantes en África, así como a la política francesa en el continente”.
De hecho, “Teatro y compromiso cívico y social para un desarrollo sostenible en Benin, África y en el mundo” es el lema que ha adoptado en esta ocasión el festival. Estamos ante un proyecto, que no sin dificultades, pretende remodelar los márgenes del teatro para reinventarse en nuevos caminos creativos que incidan en la vía de un compromiso cívico y social. Pero, ¿esto cómo se consigue?.
Para formarse, los futuros actores o profesionales de Teatro tienen la Escuela Internacional de Teatro de Benín sobre todo. También está el Instituto Nacional de Bellas Artes, Arqueología y Cultura de la Universidad. Después se abre la necesidad de crear espacios en los que poder desarrollar este arte.
En este sentido, nos comenta Werewere-Liking, fundadora del grupo teatral de Abiyán Ki-Yi Mbock, “Los creadores artísticos africanos necesitan muchos eventos que les motiven”. Desde las instituciones el apoyo llega con cuenta gotas y por ello estos encuentros permiten reflexionar, “ver qué podemos hacer juntos para avanzar porque es evidente que nadie va a hacer nada en nuestro lugar. Tenemos que inventar nosotros mismos nuestras propias soluciones yendo al encuentro de unos y de otros”, concluye la que ha contribuido a la reformulación de nuevas facetas del teatro africano.
Erick-Hector Hounkpe, director del festival, aclara que “En nuestro país hay fondos, el fondo de arte y cultura, que ofrece financiación para proyectos de creación. Al mismo tiempo hay algunas entidades privadas que pueden proponer formas de financiación. Pero hay que reconocer que es algo raro, no hay mecenas, no hay realmente una política de sponsorización. Todo ello se está llevando a cabo de forma progresiva. Aparte de ello, es difícil encontrar financiación. Parientes que financian a su hijo artista, amigos que apoyan a sus amigos creadores, estas son algunas de las formas que describen los mecanismos de financiación que tenemos”.
Además incide en la necesidad de entablar vínculos más formales con el resto de festivales del continente y también con otros en Europa, “estamos en proceso de reconstrucción del FITHEB, pero a la vez queremos sentarnos con programadores de aquí y de allí, es algo muy necesario, extender esos vínculos”.
En el continente africano se celebran anualmente varios festivales que giran en torno al teatro. El MASA (Costa de Marfil), el FITMO (Festival de marionetas de Abiyán) o el Festival de Teatro de Cartago (Túnez) son algunos de ellos. En Benín se ha desarrollado desde el pasado día 16 hasta el 24 de este mes uno con la vocación de desarrollar un teatro que genere un compromiso cívico y social.
Creado en 1990 el Festival Internacional de Teatro de Benin (FITHEB) nació bajo la aspiración de convertir a esta ciudad en la capital mundial del teatro. Así se constituyó esta bienal cuyo principal objetivo es promover y celebrar el teatro beninés y africano, en todas sus formas y de la que este año se ha celebrado su 14 ª edición. Allí se han visionado obras de compañías beninesas y del resto del continente llegadas desde Madagascar, Túnez, Burkina Faso, Camerún, Togo o Costa de Marfil.
Alejandro de los Santos, como responsable de Relaciones con África de MAPAS, ha participado en el mismo. En su opinión, “el FITHEB es uno de los festivales de teatro históricos del África francófona. Hace 25 años que existe. Y su importancia reside también en la vocación itinerante que tiene, se celebra en 6 ciudades, por donde van pasando obras de diferentes países. Este año las obras han destacado por la crítica mordaz a los gobernantes en África, así como a la política francesa en el continente”.
De hecho, “Teatro y compromiso cívico y social para un desarrollo sostenible en Benin, África y en el mundo” es el lema que ha adoptado en esta ocasión el festival. Estamos ante un proyecto, que no sin dificultades, pretende remodelar los márgenes del teatro para reinventarse en nuevos caminos creativos que incidan en la vía de un compromiso cívico y social. Pero, ¿esto cómo se consigue?.
Para formarse, los futuros actores o profesionales de Teatro tienen la Escuela Internacional de Teatro de Benín sobre todo. También está el Instituto Nacional de Bellas Artes, Arqueología y Cultura de la Universidad. Después se abre la necesidad de crear espacios en los que poder desarrollar este arte.
En este sentido, no comenta Werewere-Liking, fundadora del grupo teatral de Abiyán Ki-Yi Mbock, “Los creadores artísticos africanos necesitan muchos eventos que les motiven”. Desde las instituciones el apoyo llega con cuenta gotas y por ello estos encuentros permiten reflexionar, “ver qué podemos hacer juntos para avanzar porque es evidente que nadie va a hacer nada en nuestro lugar. Tenemos que inventar nosotros mismos nuestras propias soluciones yendo al encuentro de unos y de otros”, concluye la que ha contribuido a la reformulación de nuevas facetas del teatro africano.
Erick-Hector Hounkpe, director del festival, aclara que “En nuestro país hay fondos, el fondo de arte y cultura, que ofrece financiación para proyectos de creación. Al mismo tiempo hay algunas entidades privadas que pueden proponer formas de financiación. Pero hay que reconocer que es algo raro, no hay mecenas, no hay realmente una política de sponsorización. Todo ello se está llevando a cabo de forma progresiva. Aparte de ello, es difícil encontrar financiación. Parientes que financian a su hijo artista, amigos que apoyan a sus amigos creadores, estas son algunas de las formas que describen los mecanismos de financiación que tenemos”.
Además incide en la necesidad de entablar vínculos más formales con el resto de festivales del continente y también con otros en Europa, “estamos en proceso de reconstrucción del FITHEB, pero a la vez queremos sentarnos con programadores de aquí y de allí, es algo muy necesario, extender esos vínculos”.
Hounkpe destaca la importancia de este género “que se percibe no solo como arte, sino como instrumento de comunicación”. Así, menciona lo interesante del intercambio entre profesionales y el surgimiento de otras formas de teatro al margen del más generalizado o clásico. Entre ellas destaca el teatro de desarrollo, de conciencia, de transformación … Y amplía esta idea con la necesidad de que el teatro vaya a la gente, salga al encuentro, no se quede encerrado en las estructuras físicas en las que de manera habitual se muestra este arte.
Como ejemplo de lo anterior, en un principio el Festival tenía como objetivo el hacer llegar también el teatro a los orfanatos, a las cárceles, pero la falta de financiación no lo ha hecho posible.
Sin embargo, su orientación es clara: hacia un teatro que busca marcar la conciencia, que sirva también como revulsivo social aprovechando el componente de universalidad que se encuentra en su germen: el hecho de que su puesta en escena es accesible a todo el mundo: “el teatro y el cuarto arte son una forma artística para la población, algo que ayuda a alcanzar a un mayor público- añade Hounkpe- Porque al ser humano le gusta mucho verse representado. Mientras que un libro pertenece únicamente a la élite, el teatro pertenece tanto a la élite como a todo el mundo. Considero que es uno de las artes más fabulosos que existen”.
Original en Literafricas
