«»Envidiosos», ahora toca la farlopa… aparquemos la dictadura», por Nse Ramón

11/01/2012 | Bitácora africana

Hemos pensado que es momento de relajarnos un poco. Ponernos del lado del pueblo y aceptar que no todo es malo en Guinea Ecuatorial, ya que el país está formado por seres humanos que aunque no lo parezca, busca vivir su vida lo menos conflictiva posible dadas las circunstancias. Los pueblos del mundo entero tienen su momento de pararse a disfrutar de algo que pueda reunir a todos sobre la mesa del banquete, hablar con júbilo sin que eso suponga prestarle menos atención al otro que dirá, o se mantendrá en sus trece, que las cosas no están bien y que aunque ahora revueltos, mañana iremos separados. Queremos suponer que hay algunas maneras de poder poner a todos los actores principales de nuestra pequeña sociedad de acuerdo, y que en ello no se nos vaya la vida. Posiblemente se nos tache de «blandengues» pero nada mas lejos que esa idea para definirnos cuando hemos pensado que sea como sea… Lo de la CAN será una fiesta como mandan las leyes del balón pegado con los pies y parado con las manos para no recibir y salir con el rabo entre las piernas. Decirlo no nos quita ni un ápice de nuestra peleada causa justa, de nuestro valor como seres que forman parte de una estructura social, y jamás nos privará del honor de ser quienes somos dentro de la locura anti Obiang.

La mesa del banquete se llamará «Nzlang Nacional» o «Basilé Nacional» o cualquier nombre que le quieran dar los que gustan de esos chicos «extranjeros» que copan durante 90 minutos toda la atención de un pueblo acostumbrado a sufrir incluso en el deporte. En esa mesa, imaginamos que nos la pusieron gracias a que llenamos de barriles de petróleo a varios otros pueblos del mundo, y no precisamente porque presumamos de tener una liga nacional con algo de organización, o que contáramos con alguna estrella mediatica de proyección internacional que pueda «tutelarnos» cuando a los de la FIFA, a los de la CAF y demás se les ocurre conceder la organización de un evento deportivo de esas características a los países que la solicitan. Decíamos que en esa mesa comeremos todos, y luego emularemos a Teodoro Nguema Obiang Mangue «L´avenir de la jeunnesse africaine» (JA!) cuando se trate de drogarnos con el deporte rey (por algo le dicen la droga del pueblo…), y esperemos que no pasemos de eso y pasemos en serio a emularle cuando en lugar de balones por los ojos, el chico tontolaba se mete cocaina a niveles exagerados para luego salir a dar discursos que ni Cristiano Ronaldo, vamos…

Eso, que no nos convertiremos en cocainómanos de repente por copiar al hijo del sátrapa. Pero si perseguiremos con nuestras miradas a esos chicos venidos de todas partes del continente para dejar huella de que el arte del fútbol es bueno para todos, y que si Guinea Ecuatorial quiere, podría después de la CAN organizar una liga nacional de verdad para que muchos niños puedan soñar con comprarse los zapatos de Eto´o, estar rodeados de chavales pidiendo autógrafos y conduciendo cochazos de lujo en occidente, que es donde se valora de verdad quien es quien con pasta. Eso, que hay que hacer que el espíritu CANino no se esfume después de que nos invadan los cientos y miles de ínchas que encima van a dejar claro en sus comentarios de que el país es de un régimen dictatorial. Es posible que la gente no llegue a entender la tomadura de pelo, pero eso ahora no importará cuando empiece a rodar el esférico sobre los céspedes nacionales. Pero la tomadura de pelo estará bien patente en todo. Hasta ahora no sabemos cómo el régimen va a lograr controlar toda esa alegría, ya que tampoco es que hayan efectivos de la antidisturbios de sobra como para centrarse en los campos de fútbol, y en los «alrededores» que es donde se debe vigilar la actividad del envidioso de siempre que sólo sabe criticar a la dictadura cuando con el evento deportivo el gobierno de S.E Obiang Nguema Mbasogo está lanzando un mensaje a la comunidad internacional de que el país ya está a la altura de las demás naciones. Tampoco tenemos claro que harán los Plácido Micó y compañía. Imaginamos que no empañarán tan genial fiesta con tanto comensal repartiendo alabanzas o insultos pero sin llegar jamás a la sangre. Plácido Micó, único escañista de aquella cosa que presume de representar al pueblo cuando lo que le hace al pueblo es un feo a más no poder, obtendrá su invitación para la cita inaugural, y después la que cierre las fiestas para una apoteósica y magnífica clausura. Imaginamos que el afamado opositor se sentará en el palco juntos a sus colegas que no hacen nada para hacer escuchar la voz del pueblo, y pese a ello, el gobierno le impedirá acercarse a cualquiera que venga de fuera y que esté interesado en saber más sobre el país. No olvidemos que en los palcos de las canchas de fútbol se habla de negocios, y no de deporte. Y está claro que aparte de los representantes de las distintas embajadas de países que presumen de democracias (y que ya están hasta las narices de Micó…), también estarán personalidades que no saben nada de una oposición seria, y a los que se podría convencer para algo. ¡Bah, ¿Por qué soñamos?!… Nuestro querido Plácido no está para la labor de fomentar una «revuelta» aprovechando que estará la cosa muy complicada para los servicios de la opresión nacional.

Imaginamos que se bailará y se beberá, también habrá tiempo para algunas de nuestras hermanas se lleven a la cama a muchos guapos con tarjetas de crédito doradas. Mientras nuestros hermanos, algunos, se lleven a la esquina a algunas cuantas extranjeras con ganas de llevar la fiesta a niveles lejanos a la imaginación, y que pasen por lo corporal para regocijo del alma. Y es que las dictaduras también pueden ofrecer una vario pinta imagen de «multiculturalidad» que te cagas. Todos se mezclan, todos claman, todos gritan, todos saltan y todos disfrutan. Cuando se dice fiesta, se dice fiesta. Y si tenemos en cuenta que la fiesta la organiza un señor que busca de todas formas que le quiten el cartel de «maldito hijo de puta dictatorial» y un elenco de hombres de estado y de gobierno con ganas de mantener sus lentejas desde el puebo noble de Acuakam, encabezados por el Ministro de Bosques y Medio Ambiente, que de fiestas con dinero público sabe un rato, la cosa será todo un éxito. Y parte del éxito residirá en la capacidad natural que tiene cualquier pueblo acostumbrado a soportar que le den por culo mientras les llaman envidiosos. Porque el noble pueblo de Guinea Ecuatorial (y supongo que el de Gabón también…) no diferencian entre ser esclavo y ser tonto. Bueno, estoy siendo demasiado duro con ellos, es verdad que escribo desde muy lejos de las fronteras de esos dos países, pero como tampoco nadie dijo que hay que callarse cuando abandonas la trinchera, diré que esos dos pueblos «no saben diferenciar entre ser esclavo y ser tonto». Ahora critíquenme por ello y digan luego que «sabemos que es así, pero no nos lo recuerdes». Y la fiesta será una fiesta de las que pocas veces se vive entre zombis. Será una prueba mas de que Obiang es un salvador que le da a su pueblo todo lo que le pide. ¿Alguien recuerda haber pedido antes un evento deportivo antes de la implantación de un sistema educativo serio?, ¿Alguno recuerda haber pedido una Copa de África de Naciones antes de que nos salga agua, luz y periódicos para cubrir eventos de calidad en algún momento?, ¿Alguno podría decirnos si pidió ver a las estrellas del fútbol africano correr sobre césped antes de que el pueblo se pueda expresar libremente sin ser considerado eso un delito de envidia colectiva y mal intencionada con flujos de ideas importadas?. Bueno, creo que nadie lo pidió. ¿Entonces, porque danzarán y bailarán mientras los estadios de fútbol se llenan de extranjeros que vienen de países con Universidades, con programas de agricultura que ofrece trabajo a miles de personas, con sistemas sanitarios que velan porque no decaiga pese a no tener petróleo y con varios jóvenes con títulos sacados de centros de formación profesional internos?. Obiang le da a su pueblo una tomadura de pelo sin precedentes. Y nadie puede dudarlo por más que insista en que los envidiosos llegan de fuera y escriben desde fuera como cobardes.

Pero bueno, ya lo hemos dicho antes, fiesta para todos. el fútbol es arte, y los futbolistas buenos son grandes artistas. el fútbol es una droga que hasta yo me tomo y de la que se que millones se aferran para no perder el norte con los problemas que nos afectan fuera del estadio. Hay que vivir la CAN 2012 como una fiesta. Como una gran fiesta. Tan grande que con tan sólo un par de copas por parte de algunos «radicales», se monte la marimorena y las fuerzas de la seguridad se tengan que emplear a fondo…

Jejejejejeejejeje… Un poco malos somos. Pero el fútbol tiene esas cosas.

¡ARRIBA LOS CHICOS DE LA SELECCIÓN NACIONAL!… Esperemos que logren llegar lejos sin maletines de por medio.

¡SUERTE!

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

Más artículos de Nse, Ramón