Mucho se habla durante estos últimos días del golpe de Estado en Honduras. No necesito insistir mucho en que cuando un hecho similar sucede en algún país africano nuestros medios de comunicación no suelen prestarle la misma atención. Aunque afortunadamente los golpes de Estado van siendo cada vez más raros en África, durante el último año ha habido tres países donde el Ejército tomó el poder por la fuerza. Merece la pena destacar que parece que, por lo menos en dos de ellos, las cosas parecen encarrilarse por la buena dirección. En Guinea Bissau se acaban de celebrar elecciones presidenciales (foto), y en Mauritania se espera que éstas tengan lugar este mes de julio. En Guinea Conakry, sin embargo, las cosas no parecen que se vayan a resolver tan pronto.
En Guinea-Bissau, donde el pasado 28 de junio hubo elecciones presidenciales, la comisión electoral acaba de anunciar que habrá una segunda vuelta, en fecha aún sin especificar. A ella concurrirán los dos candidatos que obtuvieron el mayor número de votos: Malam Macai Sanha, del partido actualmente en el poder, y el antiguo presidente Kumba Yala. En marzo fue asesinado el presidente João Bernardo Nino Vieira, de 69 años. Los incidentes dejaron a Guinea Bissau, uno de los estados más inestables y pobres de África occidental, en una situación de confusión total y amenazaron con retrotraer al país a la época de golpes militares que lo han caracterizado desde su independencia de Portugal, en 1974. A las elecciones concurrieron 11 candidatos, de los que sólo Macai Sanha y Yala parecían disponer de probabilidades reales de ganar. Ambos han prometido traer la paz a un país cansado de golpes de Estado y violencia ocasionada por el narcotráfico.
El asesinato del anterior presidente, Nino Vieira, se interpretó como una venganza del Ejército por la muerte del comandante de las Fuerzas Armadas, Batiste Tagme na Waje, en un atentado con explosivos. El Ejército de Guinea Bissau no se caracteriza por mantenerse al margen de los procesos electorales. El 5 de junio Baciru Davo, uno de los candidatos presidenciales, fue asesinado a tiros por soldados, que lo acusaban de participar en una supuesta conjura para tomar el poder mediante un golpe de Estado. Otro contendiente se retiró de la campaña por falta de seguridad personal. El mismo día fue asesinado por los militares el exministro de Defensa del país Helder Proença, mientras que el exprimer ministro Faustino Fudut Imbali resultó gravemente herido de bala, también por un grupo de soldados.
A la inestabilidad provocada por el Ejército se une la que ocasiona el narcotráfico proveniente de Colombia. En los últimos años ha surgido una nueva ruta de tráfico de cocaína que va desde Suramérica hacia Europa y tiene como centro de operaciones este pequeño país con numerosas islas imposibles de controlar por la Marina. Guinea Bissau está considerado como el primer narcoestado de África, según organismos de Naciones Unidas y de la lucha antidroga.
Otro país que tiene pendiente restaurar su orden constitucional y celebrar elecciones es Mauritania, cuyo presidente elegido en las urnas, Sidi Ould Cheik Abdallah, fue derrocado por el Ejército en agosto del año pasado. Este golpe fue condenado en todo el mundo, también por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, quien recientemente acaba de felicitar a los dirigentes mauritanos por haber puesto en marcha un Gobierno de transición y de unidad nacional. Este nuevo Gabinete tiene como tarea principal poner en marcha los preparativos para que se puedan celebrar elecciones presidenciales el próximo 18 de julio.
Peor están las cosas en Guinea Conakry, donde también los militares tomaron el poder en diciembre del año pasado, poco después de la muerte del presidente Lasana Conté. Los militares se comprometieron a convocar elecciones a finales del 2010, pero todos los partidos políticos y numerosos grupos de la sociedad civil han hecho repetidos llamamientos para que el pueblo acuda a las urnas este año. Los militares acaban de declarar que las cosas no están listas para tener elecciones este año. Guinea Conakry está actualmente suspendida de la Unión Africana y de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental, quienes también han pedido elecciones este año.