El Islam negro es una interpretación de la religión musulmana tal como se práctica en gran parte de África.
Se trata de una fusión entre lo que dice el Corán y las tradiciones y costumbres africanas, por lo tanto una visión más tolerante y sencilla. Existe poca documentación sobre sus características y en los últimos años el islam negro se ha visto agredido y acosado por grupos extremistas y violentos como Boko Haram.
Las 54 naciones independientes del continente africano muestran su diversidad y su pluralismo pero los defensores del “islam árabe” consideran que la versión africana “está contaminada y en un cierto sentido descarriada”, según Justo Lacunza sacerdote de la Sociedad de Misioneros África – Padres Blancos y experto en el tema. En África viven cerca de 500 millones de creyentes que profesan la religión de Mahoma.
“Personalmente prefiero hablar del “Islam en África” a pesar de que numerosos escritores utilizan el término “islam noir”, añade el navarro Lacunza doctor en lenguas y culturas africanas, con especialización en el Islam y literatura islámica en lengua suajili, en la SOAS (School of Oriental and African Studies), de Londres.
El famoso líder musulmán de tradición suajili al Amin-Bin Aly (1890-1949) que vivía en Mombasa (Kenia) fue el primero en hablar del “islam negro”. “No hay que olvidar que también existe el islam turco, el iraní o el malayo además del que se practica en países árabes que es el más conocido mundialmente. El “Islam negro” funciona básicamente a través de las denominadas “Cofradías”, lugares de reunión, oración y colaboración entre los asistentes y para los integrantes de éstas, la mejor forma de relacionarse con Dios. Las citadas “Cofradías” imponen una dimensión práctica del islam, promueven las vigilias nocturnas, las reuniones de grupo. Es una forma más cercana de practicar su religión ya que además a esa forma de comunicarse con Dios están sus costumbres, su forma de expresarse, su sensibilidad. A esto hay que añadir su papel religioso, político o económico.
Las más importantes son cuatro pero destaca la de los Mourides que actúa básicamente en Senegal. Los sunníes, una de las grandes ramas del islam las considera “heterodoxas” y las rechazan de una forma todavía más radical las corrientes del wahabismo y del salafismo.
Un ejemplo práctico sería un entierro. La mayoría de pueblos africanos lavan el cadáver, lo velan durante días y los vecinos y amigos se acercan a acompañar a la familia, lo que demuestra su calidez humana. Pero con la llegada de grupos wahabíes a África se enfrentan a diferentes ritos. Éstos últimos entierran sin ritos ni ceremonias el cadáver.
La filtración en África en los últimos años de los grupos terroristas, en nombre del Islam, han creado una gran división en las comunidades africanas ya que el rechazo es evidente y absoluto, no sólo por la forma de practicar su religión sino por la forma de tratar a los cristianos de la zona. A pesar de todo, los países africanos son conocidos por el entendimiento que hay entre creyentes y simpatizantes de diferentes religiones. En una misma familia puede haber miembros con diferentes religiones sin crear ningún problema.
“La convivencia a pesar de las dificultades religiosas ha sido una característica africana, pero los movimientos yihadistas han provocado división, han fomentado odio, violencia, masacres, han quemado pueblos y lugares de culto.”, comenta Justo Lacunza. Y añade: “en todas las sociedades africanas hay hechiceros, médiums, adivinos que utilizan hierbas, amuletos o fetiches para ahuyentar a los malos espíritus, pero su base es el Corán”.
En algunos países como Senegal son tan abiertos y respetuosos que a pesar de pertenecer a una “Cofradia” y por lo tanto de ser musulmanes celebran con sus amigos y familias la Navidad, La Asunción o San Valentín. Malí y Niger también tienen sus formas propias de practicar la religión. Hay que tener en cuenta que en este país el 90% de la población es musulmana.
“A través de los Marabouts, (líder religioso y maestro) que son una creación propia de Senegal, los creyentes musulmanes no tienen la percepción de practicar una religión importada” opina el escritor Bégang- Bodoli Betina y profesor en la Universidad Gaston Berger de Sant Louis (Senegal).
Como en el resto de casi todas las religiones las mujeres no tienen un papel público importante aunque a nivel familiar transmiten valores, tradiciones y creencias. A pesar de que algunas tradiciones como la ablación en las niñas ha ido desapareciendo especialmente en las grandes ciudades, se sigue practicando en zonas agrícolas. Así mismo Human Rights Watch ha denunciado recientemente que decenas de miles de niños en Senegal están siendo explotados por maestros coránicos que los obligan a mendigar en las calles. Se trata básicamente de niños de zonas pobres o agrícolas que los envían a estudiar a la ciudad.
Mercè Rivas