Abriendo el camino a la nueva mujer africana

4/11/2015 | Opinión

mother-africa.jpgTengo un útero. Soy creadora. Soy luz y oscuridad. Soy vida.

El papel de la mujer en África se describe de muchas maneras. Es una imagen compleja formada por mujeres que luchan constantemente contra múltiples dificultades; una situación provocada en su mayoría por el choque entre la cultura y la modernidad.

Tal modernidad significa todo lo que la mujer africana nunca ha sido ni será. La mayoría de nosotras fuimos criadas por la generación que aceptó el sistema colonial.

Nos separaron de nuestra rica cultura. Caminando a ciegas en la luz y en la oscuridad, siempre intentamos adoptar otra cultura que parezca funcionar. Cualquier otra menos la nuestra.

Pienso en todas y cada una de las mujeres africanas que lucharon contra el sistema para poder abrirnos un camino; Wangari Maathai es mi guía favorita. Pudo ir al colegio sin problemas, pero era consciente de que la estructura del sistema estaba hecha para silenciarla.

Una mujer sabe lo que tiene que hacer. Vivir en esta sociedad nos ha enseñado a tener miedo. Wangari Maathai pasó por mucho cuando se enfrentó a su miedo, pero no paró. La mayoría de nosotras sí paramos.

Sentimos que no somos lo suficientemente buenas, ése es el plan. Cuando tuvo lugar la Conferencia de Beijing yo era muy joven y por aquel entonces no sabía demasiado acerca del fortalecimiento y la liberación de la mujer, ni de la igualdad de género. Recuerdo escuchar y leer mucho sobre ello.

Hoy en día muchos de los logros conseguidos se atribuyen a esa conferencia. Se educa y se fortalece a las niñas para que puedan aguantar entre los hombres.

La mujer africana se ha fortalecido, pero todavía queda mucho camino. Hoy en día puede acceder a la educación, puede dirigir un imperio de miles de billones de euros y puede ser presidenta. También puede ser la refugiada con un saco de ropa en la cabeza y con una familia hambrienta. Ciertamente, también es la mujer que debe hacer frente a la violencia doméstica y a la violencia sexual. Es la mujer a la que golpean en el medio de cualquier zona de guerra.

El fortalecimiento y la liberación deben llegar a todas las mujeres.

Antes solía pensar con cierta frecuencia que el fortalecimiento de la mujer se basaba en la competición, pero ahora sé que las mujeres no pueden competir con los hombres a ningún nivel. ¿Cómo se compite contra alguien que tú misma has creado? El fruto de tu útero nunca será superior a ti. Tú siempre tendrás más poder.

Al mismo tiempo, identificarás el odio a ti misma que te han inculcado. Empezarás a curarte de ese odio que has heredado.

Tendremos que ser conscientes del sistema patriarcal en el que vivimos y respetar su espacio. Una vez hecho eso, ahondaremos en nuestros matriarcados y los recuperaremos. Debemos dejar de competir contra el patriarcado. Se ha beneficiado de nuestros conflictos externos e internos y nos ha debilitado tanto que necesitamos sanar. Esta curación dará comienzo y sustentará la revolución que África tanto anhela.

El matriarcado solía ser sinónimo de poder, pero hemos dejado que el odio hacia nosotras mismas lo disminuyese. Nos hemos convertido en víctimas, nos hemos debilitado por tener que dar empujones para poder respirar y vivir en el patriarcado. Cuando volvamos a recuperar la energía y el poder femenino, nos curaremos. Reforzaremos la toma de conciencia en nuestras actividades diarias. Seremos las mejores madres, las mejores sanadoras y las mejores cuidadoras. Recuperaremos el África que tenía un rumbo.

Hemos contribuido a crear esa imagen de África donde las personas compiten entre ellas en un estado de confusión por no desempeñar nuestras funciones, por no dejar que brille nuestro poder, por no saber como ser fuertes y poderosas. Por quedarnos a un lado, criando a hombres decadentes.

Nos hemos desconectado de la feminidad, estamos perdidas en la locura de la sociedad actual. Tenemos que parar un segundo y pensar en nosotras. Somos creadoras. Podemos crear y manifestar cualquier posibilidad que queramos y necesitemos.

Debemos respetarnos tanto a nosotras mismas que los demás también nos respetarán. Atraemos a quienes somos. Hemos educado reiteradamente a las chicas para que estén en consonancia sexual con los hombres. Ni siquiera es lógico: las mujeres tienen más potencia sexual que los hombres. Moderar nuestra sexualidad por los hombres les da poder para pasarnos por encima.

Solo comprenderá la necesidad de una nueva era la mujer que tenga los pies en la tierra y que haya curado y equilibrado su sexualidad, su sensualidad y sus emociones. Pensará con calma y verá lo difícil que ha sido. Se dará cuenta de que siempre tuvo el poder de elegir y de cambiar, y lo usará. Sus antepasadas la guiarán en el camino de la curación y ella la aceptará. Estará en consonancia con su espíritu y mantendrá los pies en la tierra por su conexión primigenia. Recuperará los poderes femeninos que ha habido en su linaje. Calmará la fuerte confusión con una facilidad que le sorprenderá. Brillará y se alegrará de haber vuelto al origen.

Esa mujer será la revolución. África, el mundo le abrirá el camino.

Wangui Wambugu

Standard Digital

[Traducción: Nerea Freire Álvarez]

[Fundación Sur]

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster
Por ti, por mí, trabajo decente

Por ti, por mí, trabajo decente

Manifiesto para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre de 2024 En este décimo aniversario de la iniciativa Iglesia por el...