El Banco Central de Sudán, que cuenta con una pequeño fondo de divisas (Forex), informó que había prohibido a cualquier agente o empresa no gubernamental usar su propio Forex para importaciones de cualquier tipo. En otras palabras, el régimen del Partido Nacional Islámico/Partido del Congreso Nacional (NIF/NCP) está decidido a arrogarse para sí mismo todo Forex.
Esto será «desastroso»; significa que incluso alimentos (como harina para pan) y medicamentos no pueden importarse, productos básicos que el pueblo de Sudán necesita desesperadamente. También significa una inflación aún mayor para el precio del pan, el alimento básico para muchas familias sudanesas.
Después de haber sufrido un aumento del 300% en el precio del pan con la promulgación del presupuesto de 2018, a fines de diciembre de 2017, y otro aumento del 25% en los últimos tiempos, los precios se disparan aún más. La prohibición del uso privado de Forex para importar incluso los medicamentos más urgentes costará vidas y pondrá muchos medicamentos fuera del alcance financiero de millones de sudaneses.
El voraz esfuerzo por prohibir el uso de Forex para importaciones refleja un intento desesperado del régimen de detener la caída precipitada en el valor de la libra sudanesa, que continúa perdiendo valor a un ritmo extremadamente rápido porque no está respaldado por una moneda fuerte. Las transacciones en el mercado negro en dólares estadounidenses, la divisa de referencia, revelan que no hay fondo para la caída.
Según informes, el profesor Hamid Eltigani, jefe del Departamento de Política y Administración Pública de la Universidad Americana (El Cairo) declaró que son «medidas económicas que tendrán consecuencias desastrosas en cuestión de días … estas medidas del gobierno forzarán la huida de inversores, exportadores e importadores y detendrá el comercio «.
El levantamiento de sanciones de EE. UU., aclamado por tantos observadores simples, ha demostrado ser el punto de partida para un desastre total en la economía sudanesa. La raíz del problema nunca fueron las sanciones, sino décadas de mala gestión económica general e igualmente el enriquecimiento personal por parte del régimen NIF/NCP, un hecho que la comunidad internacional se negó a reconocer. El ejemplo más espectacular sigue siendo el de Edward Gemayel, que habló en 2013 como Jefe de Misión del FMI para Sudán: «El Señor. Edward Gemayel, jefe de la misión del FMI para Sudán, señaló que Sudán tiene un largo historial de implementación de políticas económicas sostenibles». (Comunicado de prensa del FMI, 12 de octubre de 2013)
Esta fue una mendacidad cínica por parte de Gemayel, pero no tuvo ningún efecto en su carrera y dio cobertura a aquellos que deseaban ignorar las políticas que vemos ahora cómo culminan en la actual catástrofe. Pero esta catástrofe inminente estaba allí a la vista de todos en el momento en que Gemayel estaba sirviendo como simulador en jefe para el régimen de Jartum.
Ver:
– «Viendo el estallido de la burbuja: implicaciones políticas de la implosión económica de Sudán», Eric Reeves para el Enough Project Forum, 17 de septiembre de 2014.
– «Cleptocracia en Jartum: auto-enriquecimiento del Frente Nacional Islámico / Partido del Congreso Nacional», Eric Reeves para el Foro del Proyecto Suficiente, 2 de diciembre de 2015.
Simplemente no estaba percibido en el propio interés de varios actores internacionales reconocer la escala y la consecuencia de las políticas económicas inmensamente destructivas de Jartum o el alcance de la cleptocracia que se encuentra en el corazón del régimen, y genera la mayor parte de su «apoyo político».
Ahora el pueblo de Sudán sufrirá terriblemente, de una forma u otra, como consecuencia de esta miopía egoísta. Nuevas manifestaciones y protestas populares son inevitables, pero también lo es la represión violenta del régimen y sus despiadadas fuerzas de seguridad. Los Periódicos seguirán sufriendo la censura extrema, especialmente cuando se trata de los temas de la crisis económica o las protestas; las manifestaciones se enfrentarán con una violencia cada vez mayor: uso excesivo e indiscriminado de gas lacrimógeno, palizas; encarcelamiento y tortura (especialmente de líderes políticos y activistas) y, en última instancia, si el genocida en jefe Omar al-Bashir determina que es necesario para su supervivencia, el uso de munición real acompañado de órdenes de «disparar para matar», como fue el caso en septiembre de 2013.
¿Continuará el ejército sin rebelarse frente a la matanza de civiles sudaneses? En Septiembre de 2013 hubo señales de consternación de muchos en el ejército y, al menos, un mayor dejó el ejército en señal de protesta. Los Servicios Nacionales de Inteligencia y Seguridad, la Inteligencia Militar y otras organizaciones de inteligencia se mantendrán, sin duda, leales a al-Bashir y sus compinches: sus vidas y sus medios de subsistencia dependen de ello. Pero el ejército sobrevivirá como institución al cambio de un régimen totalmente corrompido por 29 años de purgas y remodelaciones por parte del NIF/NCP. Sus oficiales de nivel medio, especialmente coroneles y mayores, bien pueden decidir que la única forma de recuperar cualquier favor entre el pueblo de Sudán es apoyarlos si vuelven a enfrentar órdenes de «disparar a matar» emitidas a la policía y los servicios de seguridad.
Pero a corto plazo, solo se avecinan crecientes privaciones y violencia para el pueblo de Sudán: privaciones y violencia que la comunidad internacional ignora y se niega a abordar en sus diversas relaciones egoístas con el régimen de Jartum.
Eric Reeves
Fuente Sudan Tribune
[Traducción , Jesús Esteibarlanda]
[Fundación Sur]
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