Desde el pasado 19 de septiembre estallaron violentas protestas estudiantiles, tras el anuncio de las tasas de ingreso para las universidades en 2017.
Para observadores del tema, hay un estancamiento entre los estudiantes -que exigen en su demanda el cero aumento de las tasas de matrícula y educación gratuita-; el gobierno y las instituciones.
Lo cierto es que existe la percepción de que, si las partes implicadas no alcanzan un punto de encuentro, el año académico 2016 podría irse por la borda.
Ante estos acontecimiento el presidente sudafricano, Jacob Zuma, estableció un equipo de trabajo ministerial para ayudar a normalizar la situación en las instituciones de educación superior del país, informaron fuentes oficiales
El equipo de trabajo lo integran los ministros de la Presidencia, Jeff Radebe; de Educación Superior, Blade Nzimande; de Ciencia y Tecnología, Naledi Pandor; de Justicia y Servicios Correccionales, Michael Masutha, y de Policía, Nathi Nhleko.
También aparecen en la relación los titulares de Seguridad del Estado, David Mahlobo; de Defensa y Veteranos Militares, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, y del Interior, Malusi Gigaba.
‘Instamos a todas las partes interesadas, incluidos los estudiantes, la gestión universitaria, padres y líderes religiosos a cooperar’, expresó Zuma.
El mandatario subrayó la importancia de una salida al conflicto ‘para asegurar que el futuro de nuestros hijos no se ponga en peligro’.
En el texto de la Presidencia, Zuma condenó una vez más ‘los actos de violencia y la destrucción de la propiedad en las instituciones de educación superior’.
También instó ‘a todos los estudiantes a volver a clase, mientras se buscan soluciones colectivas a los desafíos’ de la enseñanza en el país.
Dijo que el gobierno ha reiterado su compromiso de promover el acceso a la educación superior para los hijos de los pobres y la clase trabajadora.
Los estudiantes piden un cero incremento en las tasas universitarias, así como la enseñanza gratuita y de calidad.
El ministro Nzimande advirtió en su momento que el aumento de las tasas no excedería el ocho por ciento y que cada institución determinaría de forma individual cuánto sería el monto dentro de ese rango.
De la medida quedarían exentos los jóvenes que reciben ayuda financiera y de familias menos favorecidas.
El pasado año una fuerte campaña denominada #FeesMustFall hizo que Zuma declarara que las tasas en 2016 no se debían elevar.
Prensa Latina
Fundación Sur
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