El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, ha otorgado la amnistía a más de 4000 presos de categorías variadas para descongestionar las cárceles del país. La amnistía se hizo efectiva mediante la primera orden de clemencia de 2024, que fue anunciada por la secretaria permanente del Ministerio de Justicia, Vimbai Nyemba.
Continuando con la amnistía otorgada el año pasado, mediante la que se liberó a 4270 presos, Mnangagwa ha seguido la misma línea para reducir el número de presos en el país. Tal y como ocurrió en aquella vez, la presenta amnistía no ha abarcado a aquellos convictos de asesinato, traición, ofensas sexuales, robo de vehículo, robo, violencia pública, tráfico de personas, posesión de armas de fuego o quienes hayan violado varias Actas como la de Seguridad Pública o Electricidad. La amnistía será efectiva para todas las mujeres que hayan servido un tercio de su sentencia para el 18 de abril, sin incluir las condenas especificadas anteriormente. El mismo caso será para aquellos presos menores de edad. El presidente también perdonó a aquellos presos confirmados como enfermos terminales y aquellos con discapacidades y aseguró el tratamiento desde la seguridad social de quienes no fueran puestos en libertad; mismo trato otorgado a los ciudadanos por encima de los 60 años de edad que hayan servido una décima parte de su condena, y quienes lleven ya 20 años presos. De la misma manera, aquellos prisioneros que lleven esperando la pena de muerte más de 10 años serían puestos en cadena perpetua.
La amnistía resulta una ocasión de celebración, coincidiendo con el 44º aniversario de la independencia de Zimbabue. En cuanto los procesos de selección acaben, muchos presos podrán volver a sus casas. Meya Khanyezi, portavoz del Servicio de Prisiones y Correccionales, declaró que la presente orden era una demostración tangible del compromiso del gobierno del país con la rehabilitación y la construcción de una sociedad inclusiva y armoniosa. Desde el gobierno de Zimbabue y sus servicios penitenciarios se ha instado a los prisioneros que serán liberados a transformar sus vidas y aprovechar la oportunidad para enmendar errores pasados desde la responsabilidad y el compromiso.
Autor: Farirai Machivenyika
Fuente: The Herald
[Traducción y edición, Gonzalo Querol]
[CIDAF-UCM]
