El ministerio de finanzas ha dicho que necesita solucionar un agujero de unos 85 millones de dólares, cuando el caótico registro de votantes de un mes de duración llega a su fin.
Tendai Biti, el franco ministro de Finanzas de Zimbabue, describió los preparativos para las elecciones del 31 de julio como una “pesadilla”.
“No tenemos dinero para estas elecciones, y todo el mundo lo sabe. Es una película de terror excepto que no la estás viendo como espectador, sino que formas parte de ella”, dijo Biti el día 8 de julio por la tarde.
Las elecciones son las primeras que se van a celebrar desde los violentos comicios de 2008, que obligaron al presidente Robert Mugabe a formar un gobierno de coalición con el líder de su perpetua oposición, Morgan Tsvangirai, una amarga némesis política. Mugabe ha gobernado Zimbabue desde su independencia, en 1980.
El día 9 de julio, la oficina de la presidencia dijo que cancelaba todas las reuniones del gabinete de ministros, hasta después de las elecciones, para que los ministros pudieran hacer campaña para las elecciones.
Tsvangirai, de 61 años de edad, comenzó una intensa campaña en el remoto noreste del país, el día 9 de julio. Mugabe, de 89 años de edad, no ha anunciado su propio plan de campaña, pero su vicepresidente, Joice Mujuru, de 58 años, ha comenzado una serie de mítines por su partido, el Zanu-PF.
Los oponentes de Mugabe mantienen que ha actuado solo, sin consultar a la coalición de líderes, en un complot para favorecer a su partido. El presidente de Zimbabue dice que seguía instrucciones de una resolución del Tribunal Constitucional, de mayo, [que le daba de plazo hasta fin del mes de julio para organizar las elecciones].
Las precipitadas elecciones
Tsvangirai ha argumentado que la fecha del 31 de julio no era suficiente tiempo para implantar las necesarias reformas democráticas, y que las elecciones precipitadas no se dan en las condiciones necesarias para que sean libres y justas. Después añadió que acepta la fecha con tristeza y reticencia, pero que no dudaba de la victoria de Mugabe.
Las elecciones nacionales en Zimbabue normalmente son celebradas durante dos días con los votos emitidos en hasta 9.000 colegios electorales por todo el país, algo más grande que Alemania. La comisión dice que decenas de miles de votantes que han muerto desde las anteriores, han sido borrados de las listas.
El Centro para la Justicia y los Derechos Humanos, con sede en Estados Unidos, Robert F. Kennedy, dice en su último informe sobre Zimbabue que la cercanía de las elecciones ha elevado la tensión política en el país. Dice que los oponentes de Mugabe se enfrentan a “una atmosfera de intimidación”, que frena la libertad de expresión y las actividades políticas, y la supresión del registro de votantes de fácil acceso, y educación de los votantes.
“Este comportamiento es inaceptable y representa una violación clara tanto del derecho internacional como del nacional”, dice Santiago Canton, jefe del grupo de derechos humanos del Centro Robert. F, Kennedy.
Los 15 líderes del bloque regional SADC (Comunidad de Desarrollo del África Austral) también han hecho un llamamiento a Mugabe y a la judicatura, a la que controla, para que retrasen estas cruciales elecciones.
Mugabe, lanzando el manifiesto de su partido, el día 5 de julio, amenazó también con salirse de la SADC, el bloque regional que él mismo fundó, diciendo que el jefe mediador del bloque para Zimbabue, el presidente de Suráfrica Jacob Zuma, y sus colegas han presionado para que se retrasen las elecciones.
Biti, el ministro de Finanzas, dice que ha tenido que “congelar” los pagos a los departamentos del gobierno, manteniendo solamente los salarios de los funcionarios públicos, para intentar sacar el dinero necesario para las elecciones de este mes.
“Todo esto es un completo bodrio indigesto”, se quejó Biti.
(Mail & guardian, Suráfrica, 09-07-13)