Burundi ha expulsado a otros 384 ruandeses, que vivían en el país y les han confiscado sus posesiones, según el alcalde de Rusizi, el distrito fronterizo de Burundi.
Faustin Sindayiheba declara que las expulsiones podrían haber sorprendido a las víctimas, ya que muchas de ellas no tenían ninguna posesión. “Los retornados viven en condiciones penosas sin apenas pertenencias, aún así no se les ha comunicado nada sobre su expulsión”, explicó.
El alcalde contó que el gobierno local ruandés está organizando su repatriación y reasentamiento, mientras que al mismo tiempo intenta buscar las maneras de cubrir las necesidades básicas de estas personas.
Los retornados declaran que sus pertenencias han sido confiscadas por los burundeses y que no se les permitió preparar su viaje de vuelta a su país.
“No nos hemos negado a volver. Pero ellos ni siquiera nos dijeron con antelación que nos preparásemos para nuestro retorno”, asegura Celestin Nkurikiyingoma.
El número de ruandeses expulsados de Burundi ha alcanzado las 684 personas, desde el pasado 15 de enero.
Según un comisario de policía ruandesa, a cargo de la comunidad en cuestión, asegura que los ruandeses habían estado viviendo ilegalmente en Burundi. “Debían volver a establecer su hogar, o si quieren volver a Burundi, deberán hacerlo de una manera legal”, explicó.
Los retornados han sido expulsados de Kibiote, Momboi y Ngonzi, en el norte de Burundi.
(African Press Agency, 18-02-09)