Hassana, de 36 años de edad, vive en una remota zona del estado de Nasarawa, en el norte de Nigeria, donde el agua potable es un bien escaso, pero esencial, por lo que tiene que caminar muchas millas, todos los días, para conseguir agua de la planta de perforación de la comunidad para su familia. El caso de Hassana es un poco mejor que el de Fátima que también recorre muchas millas para obtener agua para cocinar de un arroyo, donde también lava la ropa junto a otros aldeanos.
Hay alrededor de 6 grandes bidones en casa de Hassana, algunos reservados para bañarse, mientras que los otros se utilizan para cocinar. En una casa con 7 personas, estos viajes para recoger agua deben hacerse todos los días. A veces, esta madre de cinco niños recibe la ayuda que necesita de tres de sus hijos, que también salen a vender diversas mercancías con el fin de ganarse la vida.
Estas situaciones se repiten por toda África, donde en su mayoría son las mujeres las que sufren por la falta de agua. Sí, sus homólogos masculinos sufren lo mismo pero lo hacen apoyados en las fuertes espaldas de sus esposas, hermanas y madres. En la mayoría de los hogares de África, es tarea de la mujer ir en busca de agua, ya sea de un rio o arrollo o bien de un pozo, los hombres casi nunca llevan a cabo este tipo de trabajo. La mayoría de las fotos que inundan Internet y las páginas de los periódicos muestran, especialmente en los barrios pobres rurales y urbanos, siempre a mujeres transportando pesados cubos de agua sobre sus cabezas.
En África, las mujeres emplean tantas horas para ir a buscar agua cada día que casi no tienen tiempo para nada más. Por ejemplo, en Nigeria, un informe elaborado en 2013 reveló que más de la mitad de la población del país carece de agua limpia, una situación que no está mejorando debido a que el gobierno casi nunca proporciona las medidas necesarias para mejorar las condiciones del suministro a medida que cada vez más personas crean pozos de propiedad privada para proveerse por sí mismos.
Hoy se celebra el #WorldWaterDay e incontables activistas y, de hecho, todo el mundo se ha comprometido a dar un apoyo incondicional a la concienciación sobre la falta de agua en varias regiones de todo el mundo, así como a difundir formas con las que todos podemos ayudar para el ahorro de los recursos hídricos. Todo eso está muy bien, pero lo que suceda después de hoy es más importante, más concretamente, ¿de qué forma se contribuirá a paliar esta necesidad y se salvará a las mujeres del terrible trabajo de tener que ir a buscar agua caminando durante horas y horas?
Muchos han comentado este comportamiento, afirmando que forma parte de la cultura africana el que la mujer vaya a buscar agua «limpia» y que haga equilibrios con un cubo de agua sobre su cabeza para proporcionar agua para su familia.
En 2014, las Naciones Unidas llamaron la atención sobre la realidad a la que las mujeres africanas se enfrentan, para proporcionar agua a sus familias. Aquí es donde juega un papel importante la igualdad de género, es necesario disuadir estos comportamientos frecuentes, para que nuestras niñas no se queden atascadas, en el futuro, en esta rutina, como lo han hecho sus madres durante siglos, sin obtener ningún beneficio.
Es hora de comenzar a centrarse en metas específicas para hacer frente a los desafíos del agua y no sólo a la conservación de los recursos naturales para ahorrar agua. Las mujeres deben ser protegidas también.
Save water but save women too
venturesafrica.com
Fundación Sur