Estados Unidos (EE.UU.) comenzó el pasado 10 de enero el proceso de apertura de un consulado estadounidense en el Sáhara Occidental, territorio bajo ocupación marroquí, según informó AFP.

El anuncio de la apertura de un consulado se enmarca dentro del acuerdo para normalizar las relaciones entre Marruecos e Israel, que debe ir acompañado del reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre la excolonia española. El proceso «llevará meses«, declaró el embajador de EE.UU. en Marruecos, David Fischer, después de visitar uno de los edificios propuestos para albergar el consulado en Dajla, una ciudad de los territorios ocupados. Durante una rueda de prensa, el subsecretario de Estado de los EE.UU. para el Cercano Oriente y África del Norte, David Schenker, recordó que hace un mes el presidente Donald Trump anunció el reconocimiento de la “soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental” y que “Marruecos e Israel (…) mejorarían sus relaciones diplomáticas”.

Fischer sostiene que Washington ha «trabajado con Naciones Unidas para encontrar una solución pacífica a este conflicto congelado, y el mes pasado el presidente Trump reconoció lo inevitable y lo dejó claro: esta región es marroquí y Marruecos tiene la única solución fiable y duradera para resolver el destino de este territorio”.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, que asumirá el cargo el 20 de enero, aún no se ha pronunciado sobre el tema. Marruecos es el cuarto país árabe que normaliza sus relaciones con Israel, después de Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, al tiempo que legitima su presencia en el Sáhara Occidental. El nuevo mapa de Marruecos que incorpora este territorio fue adoptado por Washington tres días después del anuncio del acuerdo. El primer vuelo comercial entre Tel Aviv y Rabat fue fletado diez días después.

También se creó la semana pasada un consulado «virtual«, destinado a impulsar el comercio bilateral, según la embajada de Estados Unidos. El acuerdo incluye un sobre de tres mil millones de dólares (2,4 mil millones de euros), liberado por el Banco de Desarrollo Americano (DFC) para el “apoyo financiero y técnico para proyectos de inversión privada” en Marruecos y África subsahariana. A esto se suman unos 818 millones de euros del DFC para el emprendimiento femenino en la región.

Un sucinta visión histórica

El proceso de apertura del consulado estadounidense contradice la posición de las Naciones Unidas (ONU) en este territorio ocupado. El Sáhara Occidental fue inscrito en 1963 en la lista de territorios no autónomos establecida por la Cuarta Comisión General de las Naciones Unidas. En 1965, la resolución 2072 de la Asamblea General de las Naciones Unidas la colocó en la lista de las regiones a descolonizar y se refirió a la resolución 1514 sobre el derecho a la autodeterminación de los pueblos colonizados. En diciembre de 1973, la resolución 3162 de la Asamblea General de las Naciones Unidas reafirmó su apego al principio de autodeterminación y llamó a la potencia colonial, España, a tomar las medidas necesarias para la organización de un referéndum. En octubre de 1974, se inició un debate en la ONU sobre la cuestión del Sáhara Occidental. En octubre de 1975, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya emitió su sentencia consultiva que reafirmó el derecho de los saharauis a la libre determinación. Pero en noviembre del mismo año, Hassan II convocó a una «marcha verde» para marcar la pertenencia del territorio a Marruecos. Esta marcha movilizó a 350.000 marroquíes que cruzaron la frontera del Sáhara Occidental. El 14 del mismo mes, España, Marruecos y Mauritania firmaron en Madrid un acuerdo tripartito sobre el futuro del Sáhara Occidental. Este acuerdo establecía la retirada de España el 28 de febrero de 1976. Al mes siguiente, la Asamblea General de la ONU adoptó la Resolución 3162, reafirmando su compromiso con el principio de autodeterminación.

La ONU pidió a España que adoptase las medidas necesarias para la organización de un referéndum. En agosto de 1979, el Frente Polisario y Mauritania firmaron un acuerdo de paz: Nuakchot renunció al sur del Sahara, pero Rabat anexó todo el Sahara Occidental. El 11 de noviembre, la Comisión de Descolonización de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución «instando a Marruecos a participar también en una dinámica de paz y poner fin a la ocupación en el Sáhara Occidental«. Resolución ratificada el 21 de noviembre por la Asamblea General de la ONU.

En noviembre de 1980, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución en la que pedía el fin de la ocupación marroquí y la apertura de negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario. En agosto de 1988, Marruecos y el Frente Polisario aceptaron un plan de la ONU para un alto el fuego y un referéndum sobre la autodeterminación. En abril de 1991, la ONU creó una Misión de las Naciones Unidas para la Organización de un Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). El 6 de septiembre del mismo año decretó el establecimiento de un alto el fuego entre los dos beligerantes.

En marzo de 1997, el exsecretario de Estado de Estados Unidos, James Baker, fue nombrado Enviado Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental. En 2003, propuso un plan que preveía un régimen de autonomía por un período de 5 años, seguido de un referéndum que incluía la opción de independencia. Aceptado por el Frente Polisario, es rechazado por Rabat. De ahí la dimisión de Baker en 2004.

En marzo de 2012, durante las discusiones en Estados Unidos, Rabat abogó por una amplia autonomía del territorio bajo soberanía marroquí, mientras que el Frente Polisario insiste en el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. En su informe anual publicado en abril del mismo año, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, observó que Marruecos «obstaculiza el trabajo de MINURSO hasta dañar su credibilidad«. Un mes después, Rabat retiró por un tiempo su confianza en Christopher Ross, enviado especial del secretario general de la ONU, acusándolo de «parcialidad«. Ross finalmente renunció en marzo de 2017. Su sucesor, el expresidente alemán Horst Köhler, ha logrado reactivar las conversaciones estancadas desde 2012, convocando a las partes interesadas a dos mesas redondas en Ginebra, en diciembre de 2018 y luego en marzo de 2019. Sin embargo, renunció en mayo de 2019 “por razones de salud”.

Fuente: El Watan

[Fundación Sur]

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