Entre 20.000 y 40.000 niños trabajan artesanalmente en las minas de oro de Mali, el tercer productor de África del precioso metal, según ha denunciado un informe de Human Right Watch, el día 6 de diciembre de 2011.
En un comunicado, HRW dice que “niños de hasta seis años escavan en pozos mineros, trabajan en el subsuelo, levantan pesadas cargas del mineral, y transportan, machacan y criban oro”.
También dice que muchos niños “trabajan con mercurio, una sustancia tóxica, para separar el oro del mineral. El mercurio ataca el sistema nervioso central y es particularmente perjudicial para los niños”.
La investigadora de HRW para los derechos de los niños, Juliane Kippenberg, dice que los niños llevan cargas más pesadas que ellos mismos, se meten en perforaciones inestables, y tocan e inhalan mercurio, una de las sustancias más tóxicas de la tierra.
Los niños entrevistados, se quejan de dolor continuado en la espalda, cabeza, cuello, brazos y articulaciones, así como de enfermedades respiratorias y de tos.
“Un chico de unos seis años describe el dolor que siente cuando excava pozos con un pico durante horas y horas. Otro dice que “le duele todo” cuando llega a casa después de un día de trabajo bajo tierra”.
Muchos niños trabajan junto con sus padres para suplementar los míseros ingresos del hogar, mientras que otros migran a las minas ellos solos, y terminan explotados y abusados por sus familiares o extranjeros que se quedan con su paga.
Algunas niñas sufren abusos sexuales.
Los niños llegan a las minas de otras partes de Mali, así como de guinea, Burkina Faso y otros países vecinos, según explica HRW.
Citando cifras del ministerio de minas de Mali, el país exporta unas cuatro toneladas métricas de oro cada año, por valor de 218 millones de dólares, según los precios de noviembre de 2011.
La mayor parte del oro de Mali es exportado a Suiza y a los Emiratos Árabes Unidos.
El grupo HRW insta al gobierno de Mali para que implemente las estrictas leyes que ya existen, sobre el trabajo infantil y la educación obligatoria, pero añade que “los funcionarios locales a menudo se benefician de la minería de oro artesanal y tienen poco intereses en ocuparse del trabajo infantil”.
También ha pedido a las empresas que todavía no lo hayan hecho que “pongan en marcha procesos que garanticen que el oro no ha sido extraído por niños”.
(The Sowetan, Suráfrica, 07-12-11)