El Consejo Islámico de la Universidad más importante del Islam, punto de referencia para los suníes de todo el mundo, (90% de los creyentes musulmanes) ha promulgado un edicto (fatua) exigiendo que se castigue a los musulmanes nuevos, conversos de otra religión y que deseen regresar a su religión de origen. La sharía sanciona esa situación con la pena de muerte, pero la ley civil egipcia no contempla estos casos.
En los países donde conviven cristianos coptos y judíos con los musulmanes el derecho de familia suele estar delegado a cada una de las religiones. Es el caso de Egipto, cristianos coptos y judíos tienen que convertirse al Islam, si quieren casarse con mujeres musulmanas. Por el contrario, las mujeres cristianas o judías no necesitan hacerlo, porque en la tradición musulmana es el padre quien transmite su religión a la prole.
También se dan casos de matrimonios coptos que, como su iglesia no admite el divorcio, deciden convertirse al Islam para poder divorciarse, una vez separados, los ex cónyuges quieren recuperar su fe de origen.
De acuerdo con el diario independiente AL DOSTUR, desde junio 2006, los tribunales egipcios anularan 148 casos de musulmanes conversos, que deseaban volver a ser considerados cristianos coptos. Hay que tener presente, que en Egipto la religión consta en el carné de identidad y cualquier cambio de religión debe inscribirse en el Registro Civil. “Si un cristiano se convierte al Islam, ha de conseguir un certificado de Al Azahar para que la Administración registre el cambio. El Islam no considera la posibilidad contraria: Un musulmán que se convierta al judaísmo o al cristianismo.
Los ulemas no emiten decretos por iniciativa propia, sino a requerimiento de los creyentes. Es sabido que si un musulmán abjura de su religión es considerado apóstata, merecedor de la pena de muerte, es opinión común entre muchos expertos. Si este decreto llagara a aplicarse, supondría la preeminencia de una institución religiosa sobre el sistema judicial.
(Al Dostur, Egipto, 20-01-08)
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