Hay muchos inmigrantes senegaleses viviendo en Europa, especialmente en España y en Italia, que se dedican al comercio ambulante y son a menudo perseguidos, detenidos, encarcelados, maltratados y humillados a causa del ejercicio de estas actividades, prohibidas, sin duda, pero que parecen ser la única manera de hacer frente a sus necesidades y a las de sus familiares.
No se puede decir que todos ellos sean ángeles, sin embargo, su trato inhumano a menudo viola su dignidad y golpea las conciencias de los nacionales del país que no dudan en recordar a la policía, responsable de llevar a cabo el trabajo sucio, que están tratando con seres humanos y no animales. La prueba es este video de un vendedor ambulante sorprendido vendiendo relojes falsificados. Él es esposado, echado al suelo y multado en una calle española bajo la mirada de los curiosos ciudadanos visiblemente indignados.
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