El Afrobarómetro ha presentado un informe (Policy papers no. 74) con los principales resultados de una serie de encuestas realizadas a los africanos en los países del Sahel y de su periferia. Las encuestas se realizaron en 38 países en siete rondas distintas, entre 1999 y 2018, y una octava en 34 países. El Afrobarómetro es una de las instituciones panafricanas más distinguidas para la realización de encuestas y realiza consultas y evaluaciones de la democracia, la gobernanza y la calidad de vida de los africanos.
En el informe, realizado por Stephen Buchanan-Clarke y Sibusiso Nkomo, se aborda el problema del extremismo violento, analizando de qué manera afecta este fenómeno a los ciudadanos de los países encuestados. También se examina la confianza de estos ciudadanos en las instituciones, policía y fuerzas armadas, sistema judicial y gobierno y algunos fenómenos que se relacionan con el extremismo violento, como es la discriminación o la marginalización.
El documento reconoce el impacto crítico de los grupos armados en las comunidades, que fijan como objetivos los hospitales y escuelas, privando a los africanos de los servicios más básicos; más de 4.000 escuelas y 241 centros de salud han dejado de funcionar debido al conflicto en la región. La inseguridad ha provocado un flujo masivo de personas desplazadas y ha contribuido en un incremento de la violencia intercomunitaria.
Las encuestas han arrojado algunos datos clave:
- Uno de cada diez ciudadanos en Burkina Faso (10 %), Níger (8 %) y Malí (8 %) han sufrido en los dos últimos años un ataque armado por extremistas políticos o religiosos, y muchos han experimentado miedo por dichos ataques.
- En Malí, entre febrero de 2015 y febrero de 2017, más de un tercio de los ciudadanos encuestados experimentaron la violencia directa o indirecta en la forma de “heridas o asesinatos” (15 %) o “intimidación o amenazas” (22 %).
- Solo un tercio (35 %) de los malienses han declarado que la gestión de su gobierno contra la violencia terrorista se ha desempeñado “relativamente bien” o “muy bien». En Burkina Faso y Níger el 53 % y el 69 % respectivamente aprobaron el desempeño de sus gobiernos frente a la violencia extremista.
- Una gran mayoría de los malienses (94 %) declaró que las Fuerzas Armadas de Malí son “moderadamente” o “muy” útiles a la hora de recuperar la integridad territorial y la unidad nacional. Mucha menos personas dijeron lo mismo sobre la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) (58 %), y sobre el Ejército de Tierra francés (55 %). En Burkina Faso, el 57 % de los ciudadanos afirmó que las tropas extranjeras tienen un impacto positivo en la seguridad del país, mientras que más de tres cuarto (77 %) valoró positivamente el impacto de las asociaciones de seguridad locales.
- Entre los Estados de la periferia potencialmente vulnerables a la propagación de las organizaciones extremistas violentas del Sahel, la confianza en la policía en Ghana fue la más baja (39 %), a la que le siguen Guinea (42 %) y Togo (43 %). La confianza más alta en las fuerzas policiales se refleja en Benín (52 %), Costa de Marfil (55 %), Gambia (60 %) y Senegal (86 %).
- En los Estados de la periferia, los ciudadanos en Benín y Togo son los más proclives a denunciar la discriminación por identidad étnica (21 % y 20 % respectivamente) o por afiliación religiosa (14 % y 13 % respectivamente).
En los Estados frágiles del Sahel, la violencia extremista se suma a una larga lista de desafíos, donde se incluyen el cambio climático, la inseguridad alimentaria, la migración masiva, la pandemia de la covid-19, y el desempleo juvenil. La capacidad de las organizaciones extremistas violentas para expandir sus operaciones es un desafío creciente a la seguridad de muchos países africanos, particularmente aquellos que se sitúan en el Sahel y alrededor de esta región.
Fuente: Afrobarometer
Imagen: Wikimedia Commons
[Traducción y edición, Omar Benaamari Hedioued]
[Fundación Sur]
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