Más de 100 huérfanos quedaron atrapados en el fuego cruzado, durante un ataque en la capital del estado productor de petróleo del Sur de Sudán, Nilo Alto, en el que murieron 42 combatientes, según han informado oficiales militares y trabajadores humanitarios.
Los combatientes renegados atacaron Malakal, el día 12 de marzo, en el último ataque violento que ha disparado los temores por la estabilidad del sur de Sudán, de cara a su independencia del norte, que debería producirse el 9 de julio de este año.
Poco menos del 99 % de los votantes del sur eligió declarar la independencia, en el referéndum celebrado el pasado mes de enero, prometido en el acuerdo de paz de 2005, que terminó con décadas de guerra civil contra el norte.
El grupo SOS Children Villages ha declarado que los atacantes entraron por la fuerza en su complejo en la ciudad. “Los rebeldes accedieron a la aldea infantil de SOS, donde estalló un fuerte enfrentamiento entre ellos y los soldados del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, SPLA, del Sur”, asegura en un comunicado el grupo, con sede en Reino Unido.
“Los rebeldes se refugiaron en una de las casas familiares y fueron rodeados por los soldados y policías del SPLA”, añade.
Algunas fuentes que no han querido ser nombradas declararon que las milicias tomaron como rehenes a los niños del orfanato durante un tiempo, pero que un sacerdote emprendió negociaciones con ellos para que soltaran a los niños.
Niños desarmados
SOS dice que los niños y el personal fueron liberados al final sanos y salvos, pero tuvieron que abandonar todas sus pertenencias al huir. Ahora se alojan en un hotel, según la organización.
El portavoz del ejército del Sur, Philip Aguer dice que su ejército se enfrentó con la milicia y obligó a sus combatientes a salir de la ciudad.
Más de 40 rebeldes y dos soldados del sur resultaron muertos, según la misma fuente, pero no disponía de información sobre civiles muertos.
Estas cifras son casi el doble de lo que se había estimado el mismo día del ataque.
Trabajadores humanitarios de la ciudad, hablando en condiciones de anonimato, han declarado que han visto al menos tres cuerpos de civiles muertos, tras el combate del sábado.
El líder renegado de la milicia, George Athor ha reivindicado la responsabilidad de este ataque, alegando que uno de sus ayudantes había organizado la operación para hacerse con armas y rechazar una ofensiva contra sus hombres del ejército.
Athor, un ex alto cargo del SPLA, lanzó su revuelta el año pasado afirmando que le habían robado las elecciones a gobernador del estado sureño de Jonglei, el pasado mes de abril.
Al Bashir, detrás de todo
El jefe Humanitario de la ONU en Sudán, Georg Charpentier, el día 14 de marzo, declaró que el ejército del sur ha prohibido a las agencias humanitarias en grandes partes del estado de Joglei, en su persecución de Athor y pidió al SPLA que cambie esta política.
Charpentier dijo que los trabajadores humanitarios deben llegar al pueblo atrapado entre los combates y la epidemia de leishmaniosis, también conocida como kala azr, una enfermedad parasitaria potencialmente mortal.
Los políticos del Sur abandonaron las conversaciones sobre la preparación de la independencia del norte, el pasado fin de semana, acusando al presidente de Sudán, Omar Al Bashir de armar a Athor y a otras milicias, para derrocar el gobierno del sur antes de la separación.
El Partido del Congreso Nacional, NCP, que gobierna el norte, ha desestimado estas acusaciones calificándolas de “ridículas”.
(News 24, 15-03-11)