La tarde del pasado viernes 29 de septiembre once personas fueron asesinadas y otras veinte resultaron heridas en un atentado en la capital de Somalia.
El ataque tuvo lugar en la concurrida tetería Bar Bulsho, en las proximidades del palacio presidencial, en el centro de Mogadiscio. Atendiendo a las declaraciones del portavoz de la policía nacional somalí, Sadik Dudishe, el objetivo de los atacantes serían miembros de las fuerzas de seguridad somalíes que suelen frecuentar el lugar.
Este atentado suicida, cuya autoría ya ha sido reclamada por Al Shabab, la filial de Al Qaeda en la región, se encuadra en un contexto de enfrentamiento armado constante entre las tropas gubernamentales y las milicias yihadistas insurgentes. Contexto motivado, a su vez, por la declaración de “guerra sin cuartel” por parte del presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud, a la organización terrorista desde que llegó al poder en mayo del año pasado.
Somalia se encuentra en una situación crítica. Desde que en agosto de 2022 el gobierno somalí, en colaboración con la Unión Africana y las tropas estadounidenses; lanzara una gran ofensiva contra los insurgentes yihadistas, los cuales llegaron a contar en 2011 con el control efectivo de la capital somalí, los atentados terroristas se han disparado exponencialmente alcanzando una frecuencia y dimensiones nunca antes vistas en el país africano.
Fuente: Aljazeera
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]