Tras meses de negaciones, el gobierno de Uganda declaró el viernes 13 de abril que estaba»considerando positivamente» una propuesta de Israel para aceptar a cientos de africanos que el estado judío quiere deportar.
El ministro de refugiados de Uganda, Musa Ecweru, afirmó que Israel había solicitado que Uganda aceptara a unos 500 migrantes eritreos y sudaneses.
«El gobierno está considerando positivamente la solicitud», señaló en un comunicado.
MOTIVO
Ecweru negó que fuera por motivos financieros el compromiso para recibir a los inmigrantes.
La motivación de Uganda es «puramente humanitaria» y «todos los refugiados de todo el mundo son repatriados voluntariamente» en «estricta observancia» del derecho internacional, declaró Ecweru.
En noviembre del año pasado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció planes para deportar a unos 40.000 migrantes africanos que habían ingresado ilegalmente al país.
Los africanos comenzaron a emigrar a Israel a través de lo que entonces era una porosa frontera entre Egipto e Israel hasta 2007. Desde entonces, la frontera se ha fortalecido, lo que casi ha acabado con la inmigración ilegal por dicha frontera.
El plan de Netanyahu ha provocado una tormenta política, dado que algunos inmigrantes provienen de Eritrea o Sudán, donde los expertos en derechos señalan un alto riesgo de abuso o conflicto armado.
Israel reconoce tácitamente que los sudaneses y los eritreos no pueden ser devueltos a sus peligrosos países de origen, razón por la cual se buscó un tercer país como una opción viable.
Netanyahu se ha referido repetidamente a los migrantes de estos países como «no refugiados sino infiltrados ilegales». Las Naciones Unidas se han referido a los migrantes como «personas que necesitan asilo».
Los deportados y los trabajadores humanitarios dijeron que el destino esbozado en el plan de Netanyahu era Ruanda o Uganda, aunque ambos países negaron que se hubiese llegado a un acuerdo.
Mientras tanto, los grupos de derechos humanos informaron que Israel había ofrecido a los inmigrantes 3,500 dólares para reubicarse en Uganda o enfrentar encarcelamiento indefinido con una eventual expulsión forzada.
Netanyahu acordó la semana pasada cancelar el polémico plan y otorgar a 16.000 migrantes residencia temporal con un número equivalente reasentado en naciones occidentales. Pero invirtió su posición solo horas después.
ASILO
Los grupos de derechos humanos han condenado a Israel por su política de inmigración y tratamiento a los africanos que buscan asilo.
Funcionarios israelíes declaran que nadie a quien clasifiquen como refugiado o solicitante de asilo será deportado, aunque el proceso de concesión de asilo ha sido criticado por ser extremadamente lento y parcial en contra de las solicitudes de asilo, solo unas pocas de éstas han sido aprobadas en los últimos años.
Según un plan previo lanzado en 2013, más de 4.000 migrantes africanos partieron de Israel hacia Uganda y la vecina Ruanda.
Andie Lambe, directora ejecutiva de la Iniciativa Internacional para los Derechos de los Refugiados, con sede en la capital ugandesa, Kampala, dijo que a los inmigrantes que llegan bajo ese esquema se les niega el estatus de refugiado oficial, algo que ella quiere que cambie,
Lambe argumentó que la pregunta seguía en pie, «¿Por qué Israel no puede simplemente acomodar a esta gente?»
Fuente: Daily Nation
[Fundación Sur]
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