Túnez se enfrentará a consecuencias catastróficas si intenta excluir del poder a todo el que esté asociado con el presidente que fue derrocado por la revolución popular, a principios de este año, según ha declarado el ministro de Exteriores de este país en una entrevista.
Después de la revolución de enero, que inspiró el levantamiento de la “primavera árabe” en el resto de la región, la mayoría de los tunecinos dieron la espalda a todos los restos del presidente Zine al Abidine Ben Ali, y su gobierno autocrático durante los últimos 23 años.
Pero Kamel Morjane, un ex ministro de Ben Ali, dijo que el país necesita la experiencia y habilidad de algunas de estas personas, para volver a levantarse después de la inestabilidad causada por la revolución.
Morjane es el miembro más prominente de la administración de Ben Ali, todavía activo en la vida pública. Su pequeño partido Iniciativa, se presentará a las elecciones previstas para el próximo 23 de octubre, que determinarán el futuro del país.
Si todos los que tengan relación con el antiguo sistema quedan congelados, ello “tendrá consecuencias catastróficas”, asegura Morjane. “Haremos el ridículo en el mundo. Debemos… pensar en el futuro del país, lejos de intereses limitados”.
La revolución de Túnez electrizó el mundo árabe. Ahora que está entrando en la siguiente fase, construir instituciones democráticas, los estados de Oriente Medios están mirando de nuevo cómo gestiona este difícil camino que tiene por delante.
(Angola Press, 11-10-11)