Familia y educación
Joséphine Ouédraogo nació en Koudougou, en 1949. Siendo de etnia Mossi, recibió su educación inicial en dicha tradición. Era aún la época colonial; su padre era diputado del Parlamento francés por el África Occidental Francesa, mientras que su madre era analfabeta. En 1961, un año después de la independencia completa del entonces Alto Volta, su padre fue nombrado embajador en Francia y se trasladó a Paris con su familia. Joséphine estudió en el Institut de la Tour y, en 1968, terminó el bachillerato, que la calificaba para estudios universitarios. Estudió en la Universidad Descartes de París, donde, en 1974, obtuvo una licenciatura en sociología. Terminados sus estudios, a mitad de la década de los setenta, Joséphine volvió al Alto Volta y trabajó como asistente de investigación sociológica y se dedicó al estudio de la sociedad rural, sus pistas de desarrollo y su impacto en las mujeres y campesinos.
Joséphine Ouédraogo está casada y tiene tres hijos. Es cristiana practicante y se identifica con el feminismo y la antiglobalización.
Para comprender la vida y el compromiso de Joséphine Ouédraogo tenemos que hacer una digresión y hablar de la Revolución llevada a cabo por Thomas Sankara.
La Revolución
Thomas Sankara tuvo una vida corta y con muchos altibajos. Como oficial del ejército del Alto Volta participó en la creación del Regroupement des Officiers Communistes, del que también formaba parte Blaise Compaoré. En 1982, tras uno de los golpes de Estado que sufrió Alto Volta, dirigido por su compañero Jean-Baptiste Ouédraogo, Sankara llegó a ser primer ministro, pero pronto fue descartado y puesto en arresto domiciliario. Fue liberado con la ayuda de su amigo Blaise Compaoré, quien, en 1983, organizó otro golpe de Estado apoyado por Libia, que colocó a Thomas Sankara como presidente del Consejo Nacional Revolucionario: una coalición inestable de pequeños grupos políticos y facciones militares.
Bajo el liderazgo de Sankara, la Revolución en Alto volta, siguiendo los preceptos del antiimperialismo, tercermundismo y marxismo-leninismo, buscó establecer un nuevo sistema social. La República del Alto Volta era un país semifeudal con clases privilegiadas, por lo que la Revolución encontró oposición entre los sectores privilegiados de la población: las élites militares y empresariales, los jefes comunales tradicionales, despojados de su autoridad, y los funcionarios públicos, sometidos desde entonces a la disciplina militar. También encontró resistencia entre los sindicatos mejor establecidos, que veían como las nuevas instituciones revolucionarias competían por el control del movimiento obrero. El 4 de agosto de 1984, la República del Alto Volta comenzó a llamarse Burkina Faso, “tierra de gente honesta”.
El Gobierno de Sankara adoptó una serie de medidas económicas fundamentales, que incluían: el cese de los privilegios de la burocracia estatal, la reforma agraria y la voluntad de conquistar la autonomía industrial y alimentaria, medidas de protección ambiental y apoyo a los movimientos de liberación nacional extranjeros. La política social de los regímenes anteriores a la Revolución generaba y reproducía un espíritu asistencialista. Era una herencia de la política social francesa de aquella época. Sankara, por el contrario, concebía la democracia como un proceso de participación de los sectores de la sociedad en el desarrollo nacional y en la creación de un espíritu de responsabilidad colectiva, por medio de la información, la sensibilización y el diálogo. Mediante ese ejercicio, Thomas Sankara quería liberar la palabra del pueblo, especialmente la de las mujeres y la juventud. Estos fueron los principios del gobierno democrático que el presidente proponía, además de preconizar la rendición de cuentas que tendría que dar los dirigentes.
Joséphine Ouédraogo y la Revolución
Aunque partidaria de Sankara, Joséphine Ouédraogo no estaba involucrada en política, además, temía la violencia que las opciones de Sankara pudieran provocar. Con todo, el nuevo líder consideraba que la participación de las mujeres era vital para el éxito de la revolución que debe combatirse «por todos los explotados y oprimidos y por lo tanto también por las mujeres… no habrá una revolución real hasta que las mujeres sean liberadas«. Para lograrlo se rodeó de mujeres en su gobierno, y una de las más destacadas fue la socióloga Joséphine Ouédraogo. En septiembre de 1984 le ofreció el ministerio de Desarrollo Familiar y Solidario. Joséphine Ouédraogo aceptó su oferta. Desde este cargo, ella y su Ministerio estuvieron en el centro de la transformación social propugnada por la Revolución. Propuso una ley nacional de la familia y apoyó una huelga de mujeres en 1984. Jugó un papel decisivo en la conmemoración del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer en Burkina Faso. Sostenida por el impulso de Sankara, Joséphine creó un fondo para amas de casa. Este fondo entregaba entre el 30 y el 50 % del salario de los maridos a las mujeres que tenían que quedarse y trabajar en casa; una medida criticada por los hombres, pero que daba libertad económica a las mujeres. El Gobierno, bajo el liderazgo de Ouédraogo, intentó alentar a las mujeres a trabajar fuera del hogar.
Durante los cuatro años que permaneció en el Ministerio, Ouédraogo lideró enormes cambios en la sociedad burkinesa: prohibió la mutilación genital femenina (que afecta al 70 % de las mujeres burkinesas) y la poligamia; luchó contra los matrimonios forzados y precoces, introdujo la ley sobre el divorcio, sin que la mujer tenga que pedir autorización al varón, y se establecieron servicios de planificación familiar. Durante este período, las mujeres fueron reconocidas como herederas plenas de sus maridos y, al mismo tiempo, adquirieron el derecho a la propiedad.
Favoreció también la formación profesional, transformando los centros sociales que realizaban actividades de educación sociodoméstica (cocina, confección, etc.) en centros de aprendizaje de oficios capaces de generar ingresos (tejidos, agricultura, etc.). Se creó un fondo de educación sociosanitaria y se llevó a cabo amplias campañas de vacunación y alfabetización. Su Ministerio lucho contra la prostitución, como herramienta opresiva del patriarcado, y por la reinserción social de las prostitutas. A pesar de que Ouédraogo explicaba estos cambios con exquisita paciencia, no agradaron a muchos, especialmente a los poderosos.
Revolución abolida
El 15 de octubre de 1987, bajo la iniciativa de Blaise Compaoré, Thomas Sankara y doce de sus compañeros fueron asesinados. Blaise Compaoré estableció una dictadura que duró hasta 2014 y puso fin a todas las reformas emprendidas por Sankara y Ouédraogo. Ella no estaba en el país cuando tuvo lugar este golpe de Estado. Se encontraba en Ginebra, donde había sido enviada por Sankara. Volvió a Burkina en el primer vuelo permitido, después de abrirse las fronteras. A su llegada, se enteró de que el resto de los Ministros había sido detenido. Ella misma estuvo en prisión domiciliaria varias semanas. Liberada, en 1987, pidió a Compaoré un visado para ir a Túnez, donde se encontraba su marido con sus hijos.
En el exilio
Por motivos familiares y profesionales viajó a Camerún, Suiza, Etiopía, Senegal, etc. De 1989 a 1992, desempeñó el cargo de coordinadora de proyectos para el Instituto Panafricano de Desarrollo, en Camerún. En 1997, se convirtió en directora de la división de género de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África. Presentó los problemas de la mujer en las conferencias gubernamentales y en los grupos de trabajo. Además, creó un nuevo programa de evaluación: el “Índice Africano de Desarrollo de Género”, que se utiliza para medir las condiciones de desigualdad de género en los Estados africanos. En 2005, fue nombrada secretaria ejecutiva adjunta de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África. Entre 2007 y 2011, Ouédraogo fue secretaria general de Environmental Development Action in the Third World, una organización internacional sin ánimo de lucro, con sede en Dakar, Senegal.
De vuelta a Burkina
En 2012, regresó a su país y, durante dos años, ejerció como directora de la consultora Appui recherche action. Participó en manifestaciones en las que las mujeres desempeñaron un papel clave y que, finalmente, lograron derrocar a Blaise Compaoré, en octubre de 2014.
Michel Kafando fue elegido presidente en noviembre de 2014 y, después de prestar juramento, nombró a Joséphine Ouédraogo ministra de Justicia. Desde su nuevo Ministerio, Josephine criticó duramente el sistema judicial del antiguo régimen, y una de sus primeras acciones fue reabrir una investigación sobre el asesinato de Sankara y los crímenes de la dictadura, que la Justicia civil había tenido bloqueada durante casi dos años. También intentó promover la renovación del sistema judicial mediante una asamblea de 2.000 miembros de la sociedad civil: policías, jueces y abogados, en Uagadugú, en marzo de 2015, para firmar un Pacto Nacional con vistas a la Renovación de la Justicia. Permaneció en el ministerio hasta 2016.
Joséphine Ouédraogo ha publicado varios estudios relativos a la mujer:
Estudio sobre las necesidades de las mujeres en los pueblos de la A.V.V. y propuesta de programa de intervención”, abril de 1977, USAID – SA.
“Sistemas alimentarios: la mujer y el desarrollo en África occidental” UNSRID – Serie de sociedades y sistemas alimentarios de 1986.
“Relación entre la ley de tierras tradicional y la ley moderna ilustrada por el impacto del régimen de la Sociedad en la condición de la mujer en Burkina Faso” – 1989.
En 2007, la revista “Jeune Afrique” la incluyó en la lista de las 50 mujeres más influyentes de África.
Hablando del movimiento Emaús International, inspirado en el Abbé Pierre, con el que Joséphine Ouédraogo cultiva vínculos desde hace 30 años, nos dice: “Hemos entendido que el mundo estaba ya sometido a una sola ideología, la de la tecnocracia, el lucro, la eficiencia, la funcionalidad y sus marcos lógicos. Sabemos que sus principios, sus métodos y sus instrumentos sirven a un sistema económico que no se preocupa por las necesidades, los derechos o los estados de ánimo de los pobres, los grupos vulnerables y las minorías”.
Bartolomé Burgos
[CIDAF-UCM]
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