Serie Grandes Mujeres Africanas: Bineta Diop, por Bartolomé Burgos

23/09/2022 | Crónicas y reportajes

bineta_diop_cc0.jpgBineta Diop llevó a cabo en la sombra lo esencial de su carrera hasta que, en 2011, la revista norteamericana Time la clasificara como una de las 100 personas más influyentes en el mundo. Esta mujer senegalesa había sido conocida hasta entonces, en los medios diplomáticos, por su defensa infatigable de las mujeres de África en periodos de conflicto. También era conocida por sus continuas intervenciones a favor de la paz en el continente africano, mediante su ONG Femmes Africa Solidarité-FAS (Mujeres África Solidaridad). ¿Quién es esta mujer y de dónde le viene tanto poder?

Orígenes

Bineta Diop nació en Guéoul, ciudad situada en el noroeste de Senegal. De su feminismo y pasión por la diplomacia podríamos decir con el refrán castellano: “De raza le viene al galgo”, ya que su madre, Marèma Lô, fue vicepresidente para las mujeres de la Unión Progresista Senegalesa, un partido político fundado en 1958 por Leopoldo Sedar Senghor. Como feminista que era, Lô animó a sus cuatro hijas a esforzarse por adquirir una buena educación. El marido de Bineta es también diplomático en la sede de la Unión Africana (Addis Abeba – Etiopía) donde Bineta pasó su examen de bachillerato a la edad de 19 años; luego hizo empresariales en París y más tarde estudió Relaciones Internacionales y Diplomacia.

Actividades

En 1981, Diop se integró en la Comisión Internacional de Juristas, una ONG de derechos humanos con base en Ginebra. Fue allí donde, en 1996, colaborando con otras líderes africanas, fundara la ONG Femmes Africa Solidarité, con sede en Ginebra pero con despacho operativo en Dakar/Senegal. La organización tiene como objetivo favorecer, fortalecer y promover el liderato de las mujeres en la prevención, gestión y resolución de conflictos en África.

En el año 2000, contribuyó a la puesta en práctica de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobada el 31 de octubre de ese mismo año, que propugna el cuidado de las necesidades especiales de mujeres y niñas en situaciones de violencia, en los procesos de repatriación, reasentamiento, rehabilitación, reintegración y reconstrucción, después del conflicto. La Resolución 1325 es el primer documento formal y legal del Consejo de Seguridad que exige a las partes en conflicto que respeten los derechos de las mujeres y apoyen su participación en las negociaciones de paz y en la reconstrucción, una vez superado el conflicto.

Bineta participó también, junto a otros abogados, en el desarrollo de la Carta Africana de Derechos Humanos y Derechos del Pueblo. Esta carta está completada por el “Derecho de las Mujeres en África”, llamado también el “Protocolo de Maputo”, aprobado en 2003. Dicho protocolo garantiza los derechos de las mujeres, incluido el derecho a tomar parte en los procesos políticos, a la igualdad política y social con los hombres, la mejora de la autonomía femenina en las decisiones sobre su salud reproductiva y la prohibición total de la mutilación genital femenina.

Ha participado en procesos de reconciliación en países africanos, como Burundi, Liberia y la RD del Congo. Finalmente, ha intervenido en misiones de observación de elecciones en varios países, y en una comisión de investigación sobre violencia contra las mujeres en Sudán del Sur.

Siempre ha intentado integrar a las mujeres en los procesos de paz y en la solución de conflictos, tanto en Burundi y en RD del Congo como en zonas sensibles de Darfur, Sierra Leona, Ruanda, Chad y Sudán.

En 2004, ejerció todo su poder e influencia sobre los jefes de Estado de la Unión Africana para que aplicasen el principio de paridad al elegir a cinco mujeres comisarias entre los 10 que comporta la organización: “Son las mujeres -nos dice- quienes sufren violencia en los conflictos y son ellas quienes reconstruyen y hacen el trabajo de reconciliación. Es por eso que las mujeres deben ser escuchadas en las negociaciones”. La Señora Diop proclamó este mismo mensaje ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde fue la primera mujer en intervenir sobre el papel de las mujeres en la resolución de conflictos.

En enero de 1014, fue nombrada Enviado Especial del Presidente de la Comisión de la Unión Africana para las Mujeres, Paz y Seguridad, cargo que aún hoy desempeña. El cometido del Enviado Especial, que se extiende a todo el continente africano, consiste en intentar reducir distancias entre decisiones tomadas y la implementación de las mismas. La Señora Diop considera que su trabajo como Enviado Especial se funda en tres pilares:

  • La protección de mujeres y niños en situaciones de conflicto.
  • Facilitar la participación de las mujeres en los procesos de pacificación.
  • Y la prevención de confrontaciones armadas.

Ese mismo año, actuó como copresidente del Foro Económico Mundial sobre África. La señora Diop es una defensora entusiasta de la atribución de poder económico a la mujer. En 2012, bajo su liderazgo, Femmes Africa Solidarité, coordinó el lanzamiento de la Iniciativa en favor del Empoderamiento de la Mujer en la Agricultura Africana. También se estableció un centro de Excelencia para Género, Paz y Desarrollo, con el objetivo de formar a futuros jóvenes líderes en paz, desarrollo y construcción de la paz, con especial hincapié en género.

Su pensamiento

De una entrevista a Bineta Diop, en el contexto del Carnegie Council para Ética en Asuntos Internacionales, podemos entresacar algunas de sus ideas base.

  • Su visión global del mundo, desde la perspectiva del continente africano, aun siendo fundamentalmente positiva, se centra en los conflictos civiles que afectan a África y que antes no se daban. También le preocupa la enorme desigualdad en la distribución de la riqueza y el retraso que sufre el continente en lo referente al desarrollo; esta situación crea tensiones en la población. También se dan en África tensiones culturales.
  • Como solución a estas tensiones, Diop considera ante todo el diálogo, la búsqueda de denominadores comunes y la identificación de las verdaderas raíces de los conflictos que, en contra de lo que a veces se pretende, no son ni la religión ni la etnia, aunque se las utilice interesadamente como instrumentos para exasperar las tensiones.
  • Las nuevas tecnologías, en opinión de Bineta Diop, suponen un avance decisivo en términos de salud y educación, siempre que estén bien empleadas. Al avance tecnológico, Diop contrapone la degradación del medio ambiente, que nos afecta a todos, pero en especial a los más vulnerables.
  • Como desafío ético fundamental, Diop menciona el fenómeno del fundamentalismo islámico, que ella, musulmana, percibe como tergiversación del Corán y como resistencia al cambio. Considera la educación como el principal medio de solucionar dichos desafíos. También es importante la mejor distribución de la riqueza, el respeto de los derechos humanos y la rendición de cuentas ante por los dirigentes. El liderazgo exige dar cuantas de cómo se gestionan los asuntos públicos; supone esmero en el cuidado y atención a la gente; por eso, el liderazgo tiene, según ella, una calidad femenina.
  • En cuanto al futuro próximo de África, Diop espera que el continente africano pueda beneficiarse en paz de sus propios recursos y riquezas.

Reconocimiento

Ya hemos aludido a la mención de Bineta Diop como una de las 100 personas más poderosas del mundo que, en 2014, hizo la revista norteamericana Time. Un año antes, la Fundación Chirac le concedió la Legión de Honor por promover la implicación de las mujeres en la prevención de conflictos.

También se le han concedido doctorados honoris causa por la United Nations-affiliated University for Peace (UPEACE), Costa Rica y por la Universidad de Middlesex, en el Reino Unido.

Bartolomé Burgos

[CIDAF-UCM]


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Autor

  • Burgos, Bartolomé

    Bartolomé Burgos Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sacerdote miembro de la Sociedad de Misiones de África (Padres Blancos), es doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, 1997. Enseñó filosofía en el Africanum (Logroño), en Dublín y en las ciudades sudanesas de Juba y Jartum. Fue fundador del CIDAF (Centro de Información y Documentación Africana) a finales de los setenta, institución de la que fue director entre 1997 y 2003.

    Llegó a África con 19 años y desde entonces ha vivido o trabajado para África y ha visitado numerosos países africanos. De 2008 a 2011 residió en Kumasi, Ghana, donde fue profesor de filosofía en la Facultad de Filosofía, Sociología y Estudios Religiosos de la Universidad de Kumasi. Actualmente vive en Madrid y es investigador de la Fundación Sur.

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