Activistas de derechos humanos han criticado la sentencia de la pareja gay de Malaui a 14 años de cárcel, diciendo que es “vergonzoso y una violación de los derechos humanos”.
Michelle Kagari, vicedirectora de Amnistía Internacional África ha declarado que tras la sentencia, su organización ha adoptado a Chimbalanga y Monjeza como prisioneros de conciencia, y “continuará haciendo campaña sobre este asunto y trabajando sin descanso para lograr que sean puestos en libertad sin condiciones tan pronto como sea posible”.
Un juez sentenció a la pareja gay al máximo de 14 años de prisión con trabajos forzados, bajo la legislación anti-gay de Malaui. Muchas personas concentradas a la salida del juzgado abuchearon a los dos hombres cuando eran llevados del tribunal a la prisión, el día 20 de mayo.
La severa sentencia por “actos anti naturales” e “indecencia flagrante” era esperada desde que el mismo juez condenó a los dos jóvenes a principios de la misma semana, bajo las leyes que están en vigor desde la era colonial. El caso ha atraído las condenas internacionales, y ha desatado el debate sobre los derechos humanos en este conservador país del sur de África.
El gobierno de Malaui se ha mostrado desafiante ante las críticas internacionales por el juicio a la pareja.
Mark Heywood, director del Proyecto Aids Law, de África, ha declarado que los activistas deberían organizar protestas por todo el mundo contra Malaui.
Betsy Chirambo, consejero del presidente Mutharika expresó su preocupación por las peticiones de algunos activistas de retirar la ayuda a Malaui, debido a este caso. Hasta el 40 % del presupuesto de desarrollo de Malaui depende de los donantes extranjeros. “No es parte de nuestra cultura que los hombres se casen con los hombres”, declaró Chirambo, “Ni siquiera está en nuestra constitución. Algunos de estos derechos no son buenos para nuestra cultura”.
El gobierno ha estado respaldado por los líderes religiosos del país que han equiparado la homosexualidad con el satanismo.
Pero el debate también ha envalentonado a algunos activistas del país. Recientemente se ha formado el Centro Independiente para el Desarrollo del Pueblo, por malauianos para luchar por los derechos de los homosexuales y otras minorías.
Gift Trapence, director ejecutivo de este centro, estuvo en el tribunal el día 20, y declaró ante la prensa: “¿Cómo pueden condenarlos a 14 años de cárcel simplemente por quererse? Ni encerrándolos 20 años van a poder cambiar su sexualidad”.
Chimbalanga, un conserje de hotel de 20 años, y su pareja en desempleo, fueron arrestados el 27 de diciembre, un día después de que celebrasen su compromiso con una fiesta en el hotel donde trabajaba Chimbalanga, aparentemente la primera de esta clase celebrada en Malaui.
El abogado de los dos, Mauya Msuku, dijo que apelaría esta sentencia.
Chimbalanga se mantuvo entero mientras la policía le puso las esposas para llevarle a la cárcel, “no estoy preocupado”, dijo a los periodistas al entrar en el vehículo policial. Pero Monjeza se derrumbó al escuchar la sentencia y todavía lloraba cuando fue introducido en la furgoneta.
Cientos de curiosos dentro y fuera del tribunal mostraron poca simpatía por ambos. Hubo gritos de “¡tenéis lo que os merecéis!” o “¡40 años no es suficiente, deberían haberlos condenado a 50!”.
La homosexualidad es ilegal en al menos 37 países de África, incluido Malaui. En Uganda, los legisladores están debatiendo un proyecto de ley con el cual, si es aprobado, los homosexuales podrían ser condenados a cadena perpetua y los “reincidentes” a la pena capital. Incluso en Suráfrica, el único país africano que reconoce los derechos de los gays, existen bandas que han realizado “violaciones correctivas” a las lesbianas.
(News 24, 20-05-10)