El sábado, 14 de julio, Ruanda se negó a recibir a los combatientes de nacionalidad ruandesa que luchaban en el este de la República Democrática del Congo, RDC, en las filas del Movimiento M23, y que han desertado del movimiento.
Un grupo compuesto por 29 personas se presentó ante la misión de Naciones Unidas en la RDC, la MONUSCO, como desertores del M23, que se enfrenta al ejército regular de la RDC desde abril de 2012.
Los 29 ex combatientes llegaron a bordo de un gran camión que los transportó desde el campo de DDRRR (Desarme, Desmovilización, Repatriación, Reinserción y Reintegración) de la MONUSCO, hasta la frontera con Ruanda. Llegados a la frontera, un golpe de teatro, la policía fronteriza ruandesa no aceptó la entrada más que de siete elementos de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, FDLR, y rechazó a las otras 24 personas que habían combatido en las filas del M23, en la RDC.
Estos últimos, que estaban en el territorio de Rutshuru en mayo de este año, se habían presentado a la MONUSCO como ciudadanos ruandeses que habían sido reclutados en Ruanda antes de ser enviados a la RDC para unirse al M23.
Según la AFP, los 24 combatientes ruandeses del M23 rechazados, pasaron más de 45 minutos en la zona neutra entre la RDC y Ruanda, antes de ser enviados de regreso a la RDC. Hasta el domingo por la mañana, no se supo de su paradero, según Radio Okapi.
Ruanda afirmó el día 15 de julio, que no había pruebas de que estos combatientes rechazados fueran sus ciudadanos: “Hemos rechazado aceptar a este grupo porque era un grupo litigioso. Nada podía demostrar que eran ciudadanos ruandeses”, declaró a la AFP el portavoz del ejército ruandés, el general Joseph Nzabamwita.
Ruanda sigue negando, a pesar de las pruebas que se acumulan, que apoye a los rebeldes del M23. Radio France International, informó el 7 de junio de 2012, de muchos testimonios de jóvenes ruandeses que habían sido reclutados por la fuerza en la región de Mudende, para ser enviados a combatir al este de la RDC, con el M23. Human Right Watch, informó a su vez que durante mayo de 2012, se produjeron muchos casos de reclutamientos forzosos, principalmente al lado de la carretera, cerca de las poblaciones de Musanze, antiguamente llamado Ruhengeri, y de Kinigi, al noroeste de Ruanda.
¿Cómo es posible que Ruanda haya podido identificar a combatientes de la rebelión hutu ruandesa de las FDLR, que se supone que viven en la selva de la RDC desde hace 18 años, y declara que duda de la nacionalidad de combatientes ruandeses provenientes del M23, que no llevaban en suelo congoleño más que unas semanas?
Se pueden lanzar muchas hipótesis, la más probable es que el FPR, actualmente en el poder en Ruanda, no desea recuperar a sus ciudadanos que desertan del M23, con el fin de evitar principalmente el debilitamiento de esta rebelión que apoya que cuyo supuesto jefe el Bosco Ntaganda, sobre el que pesa una orden de arresto internacional emitida por la Corte Penal Internacional.
Jean Mitari
(Jambo News, 17-07-12)