El gobierno de Ruanda ha justificado una ley sobre el genocidio que prohíbe las divisiones étnicas y ha negado las acusaciones de que esté utilizando dicha ley para reprimir la libertad de expresión.
“Hay una ideología de genocidio no sólo en Ruanda sino en todos los alrededores. Las fuerzas del genocidio son reales. Pensamos que esa ley es justa”, señaló el ministro de Justicia, Tharcise Karugarama.
Grupos de derechos humanos, entre los que se incluye Amnistía Internacional, han denunciado que esa legislación, que entró en vigor en 2008, es vaga y ambigua y que a menudo es utilizada para silenciar críticas legítimas al gobierno y desacreditar a los partidos de la oposición.
“Ruanda tiene la obligación de prohibir los discursos que constituyen una incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia”, dice Tawanda Hondora, vicedirectora de Amnistía Internacional – África.
“Pero las leyes de Ruanda sobre la ideología del genocidio demasiado a menudo mezclan la legítima disidencia política con este tipo de incitaciones”, continúa.
Amnistía Internacional, esta semana, ha pedido al gobierno de Ruanda que investigue las acusaciones de intimidación hacia los grupos de la oposición y que mantenga su compromiso con la libertad de expresión.
Se espera de manera generalizada que el actual presidente, Paul Kagame, que llegó al poder justo después del genocidio de 1994, gane un segundo mandato de siete años en las elecciones presidenciales que hay previstas para agosto de este año.
Colaboración con los órganos del estado
Amnistía Internacional dice que las anteriores elecciones estuvieron plagadas de incidente intimidatorios.
Dos líderes de la oposición están siendo investigados por las autoridades por declaraciones que la prensa, gubernamental en su totalidad, ha calificado de “divisionistas”.
Bernard Ntaganda, del Partido Social Imberakuri, y victoire Ingabire, líder del partido aún no registrado Fuerzas Unidas Democráticas, UDF, se enfrentan a entre 10 y 25 años de cárcel si son declarados culpables.
Los medios ruandeses han criticado a Ingabire por unas declaraciones públicas que pedían el procesamiento por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad de algunos miembros del partido en el poder, el Frente Patriótico Ruandés, RPF.
Frank Habineza, líder del partido sin registrar Partido Democrático Verde, acusa al RPF de intimidar a los miembros de su partido y utilizar la ley del genocidio contra los partidos de la oposición.
“El RPF está intentando asegurarse de que exprimen a todo el mundo, y hacen que todo el mundo permanezca callado mediante el uso de la fuerza o de la ley… en colaboración con los órganos del estado”, afirma.
Ruanda formalmente es una democracia multipartidista, pero en la práctica, según los analistas, todo el poder real está en manos de Kagame.
(News24, 19-02-10)