Al término de la tercera conferencia de presidente de parlamentos de la Comunidad Económica de los países de Grandes Lagos, organizada en Kigali, capital de Ruanda, se ha adoptado una declaración conjunta sobre la paz y la seguridad en la región.
Esta declaración adoptada se articula, principalmente en torno a la creación de una fuerza militar conjunta entre Ruanda, Burundi y la República Democrática del Congo. La idea ha sido recibida con cautela por Bélgica, antigua potencia colonial de los tres estados, y promotora del foro.
Esta idea no gusta a millones de ciudadanos de Kinshasa y ortos puntos de la RDC, sobre todo en el este del país, donde viven una inseguridad recurrente desde los años 90. El pesimismo se basa en el hecho de que después de muchas operaciones militares conjuntas organizadas entre los ejércitos: congoleño, ugandés y ruandés, en el pasado, la RDC está lejos de alcanzar la paz.
Todo lo que este país puede obtener como resultado, es el alejamiento de las “fuerzas negativas” extranjeras de sus fronteras con Uganda y Ruanda, para anclarse en el interior de su territorio. Así, en lugar de perjudicar a sus países de origen, los rebeldes del LRA (Ejército de Resistencia del Señor, de Uganda) y del FDLR (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda), se han convertido en peligros permanentes para los congoleños del Kivu Norte, Kivu Sur y la provincia Oriental, de la RDC, alejándose de Uganda y Ruanda cada vez más.
A la vista de esta triste constatación, la RDC no necesita más alianzas militares para apaciguar a sus vecinos, sino que debe centrarse en el trabajo de reformar su ejército. Nuestro país no tiene otra opción que dotarse de oficiales superiores y de soldados capaces de cumplir su misión de defensa nacional principalmente de prevención y, en su caso, reprimir las tentativas de violación del territorio nacional o de atentados contra la paz y la seguridad de sus ciudadanos.
La República Democrática del Congo no podrá vivir en paz ni se hará respetar por sus vecinos y sus rebeliones a menos que su ejército se reafirme como una fuerza de persuasión y de respuesta.
(Afrique Redaction, 14-03-11)