Reporteros Sin Fronteras expresa su profunda incomprensión ante la intención del ACNUR de pedir a los países de acogida de refugiados ruandeses que les retiren su estatuto de refugiados antes del 30 de junio de 2012. El organismo de la ONU invoca la “normalización de la vida política en Ruanda”.
“¿De qué normalización habla el ACNUR? El presidente Paul Kagame fue reelegido en agosto de 2010 con el 93% de los votos en una elección en la que sus principales opositores no pudieron participar. Las autoridades no toleran la crítica. La prensa independiente es hostigada”, ha declarado RSF.
Incluso en el exilio, algunos refugiados están en peligro. A finales de agosto pasado, tres periodistas ruandeses refugiados en Kampala fueron víctimas de una misteriosa agresión. Antes, en el mismo lugar otro periodista había sido igualmente agredido y en los dos casos los agresores se expresaban en kinyarwanda. Si se les retira el estatuto de refugiados y si se facilita su retorno forzoso a Ruanda, se pondrá en peligro a decenas de personas, entre ellas a muchos periodistas”, ha añadido RSF.
En diciembre de 2011 se va a organizar una reunión para establecer la suerte de los refugiados ruandeses y según una portavoz del ACNUR, la institución pretende recomendar a los países que pongan fin al estatuto de refugiados. Preguntada por RSF una periodista ruandesa refugiada en Europa, estima que “el desmantelamiento de los campos de refugiados, que constituyen feudos de reclutamiento para los grupos armados es la mejor solución para luchar contra la reorganización de esos grupos peligrosos en el este de la RD Congo. Pero cerrar los ojos sobre la situación de opresión de la libertad de expresión y retirar les estatuto de refugiado a los opositores políticos, a los periodistas, a los defensores de los derechos humanos, que corren el peligro de ser encarcelados o de ser asesinados, sería un gran error y una violación grave de los derechos humanos”.
Uno de estos colegas, refugiado en Sudáfrica afirma por su parte: “Muchos refugiados ruandeses viven en condiciones execrables en el extranjero, sobre todo en países africanos. Si no toman la decisión de regresar es por algo. Queremos regresar a un país donde nuestros derechos y libertades estén garantizados. Pero, en Ruanda, basta con que se nos acuse injustamente de ‘negación del genocidio’ o de ‘revisionismo’ para que se nos encarcele. No se puede retornar a un país donde la justicia arbitraria es la reina”.
Reporteros Sin Fronteras recuerda que dos mujeres periodistas, Agnès Uwimana Nkusi y Saidat Mukakibibi han sido condenadas este año a 17 y 7 años respectivamente por “incitación a la desobediencia civil”, “divisionismo” y “negación del genocidio”.
Cada año, Reporteros Sin Fronteras registra varios casos de periodistas ruandeses amenazados, hostigados y obligados a exiliarse. Desde comienzo de 2010, cerca de diez han tenido que huir del país. En el mismo periodo, la organización ha concedido diez becas de asistencia a profesionales de los medios ruandeses o a sus familias. La puesta en cuestión del estatuto de refugiado agravaría la situación de seguridad de buen número de periodistas a los que RSF ayuda.
En un informe publicado el 20 de junio pasado titulado “Condenados a marcharse, no al silencio. El combate de los media en exilio”, RSF hacía un retrato de Jean-Bosco Gasasira, refugiado en Suecia y redactor jefe de www.umuvugizi.com
Ruanda figura en el puesto 169 de 178 países en la clasificación mundial de 2010 sobre libertad de prensa. Es el tercer país africano peor clasificado tras Eritrea y Sudán.
(Comunicado de Reporteros Sin Fronteras, 10-10-11)
Traducido por Ramón Arozarena.