En un intento de explicar la estrepitosa caída del chelín keniano se adjudica gran parte de la culpa a aquellos que retienen el capital en búsqueda de beneficios con un claro perjuicio para el bien de la economía en general.
Este reparto de culpas no está bien dimensionado. Aquellos que acusan a los comerciantes suelen olvidar, que como los tiburones estos tan solo actúan cuando huelen sangre, por tanto no hacemos bien, persiguiendo a los tiburones mientras ignoramos la causa principal de la hemorragia.
Para los comerciantes de divisas el razonamiento es muy simple. Tras la violencia electoral en el 2008 la volatilidad de la divisa prácticamente desapareció. El gobierno por su parte tras declarar la victoria en el manejo de la volatilidad dejo este asunto totalmente apartado de la agenda política.
Esto es porque parece ser que nadie en el gobierno conoce las verdaderas causas que están golpeando al chelín keniano, pero culpar únicamente al Banco Central Keniano, no parece por sí la mejor solución, sin embargo cualquiera que busque una verdadera solución a largo plazo a la crisis debe inspeccionar la actuación del Banco, porque aunque no son los únicos culpables tal y como gobierno nos quiere hacer creer, tienen parte de responsabilidad en el manejo de la divisa.
Hace dos semanas la doctora Joy Kiiru, docente de economía, en la Universidad de Nairobi, aseguro que la inflación es uno de los principales factores en la devaluación de la moneda.
Kenia está experimentando inflación de dos dígitos (el 17,3 por ciento en septiembre de 2011, frente al 3,2 por ciento hace 12 meses). El profesor Michael Chege, asesor economista adscrito al Ministerio de Planificación, explica: «Si nuestra tasa de inflación es más alta que la de nuestro principal socio comercial el chelín se deprecia”.
La inflación es una buena razón que explica la devaluación, porque la misma es una espiral fuera de control, debido al fracaso de las políticas fronterizas en la regionalización económica.
También hay otra razón para la depreciación de una moneda: “el déficit del mercado nacional», añadió la señora Kiiru. «Cuando el valor total en dólares de las importaciones de un país supera el valor total en dólares de sus exportaciones, el país tiene un déficit comercial. Esto significa que el país está exportando menos bienes de lo que está importando. «Cuando el déficit comercial de un país aumenta, el valor de la moneda de ese país se deprecia frente a la moneda de sus países socios comerciales», dijo.
En el primer semestre de 2005, las exportaciones totales de Kenia fueron de 136 millones de dólares. Las importaciones se situaron en 231 millones de dólares, comparando con el primer semestre de 2011, Kenia consiguió 232 millones de dólares de las exportaciones y trajo 593 millones de dólares en importaciones.
Un simple análisis de estos datos muestra que mientras las importaciones supusieron más del doble (157 por ciento más), el monto exportado fue de sólo el 70 por ciento. En términos de balanza de déficit comercial, la diferencia en 2005 era de sólo 94 millones de chelines kenianos mientras que en 2011 se ha disparado a 351 millones de dólares.
En términos de dólares significa que por cada dólar generado en las exportaciones, 2,6 dólares son necesarios para apoyar las importaciones. Es esta disparidad la que los comerciantes vieron y decidieron aumentar los precios y acumular capital, momento en el que Banco Central no apostó por alternativas de solución, al no frenar el consumo.
La solución rápida vino por la solicitud del presidente Kibaki, al Fondo Monetario Internacional de inyectar dólares en el Banco Central Keniano.
Hace un mes el Jefe de Estado, en declaraciones a la prensa, aseguro “esperamos que esta inyección de dólares en el país garantice el suficiente suministro de divisas para financiar las exportaciones necesarias sin ejercer demasiada presión sobre el tipo de cambio con respecto al chelín”.
Pero esta es solo una cara de la moneda
La otra es preguntar cómo Kenia se metió en este follón. El examen de décadas de fracaso en las malas políticas de una serie de ministerios es donde está la culpa principal. Si los siguientes ministerios hubieran luchado de manera conjunta, el futuro del chelín y por extensión de la economía hubiera sido de lejos mucho más seguro. La lista, sin embargo, no es exhaustiva.
Ministerio de Industria:
En un país que está en el carril rápido crecimiento, la industrialización debe ocupar un lugar central. Las políticas para estimular la creación de industrias artesanales simples, y el valor añadido al tratamiento de miles de millones y plantas de fabricación, se debe poner en primer lugar.
En su análisis de los datos de crecimiento del segundo trimestre, la Oficina Nacional de Estadística señala: “El valor del aumento de las importaciones, principalmente a causa del aumento de las importaciones de petróleo, productos manufacturados, maquinaria y equipo de transporte, desbarató las cuentas».
¿Por qué, por ejemplo, Kenia no cuenta con ninguna empresa de fabricación de acero, mientras que gran parte de las importaciones son a cuenta del acero para alimentar a la creciente industria de la construcción?
El valor de las exportaciones de cemento también ha crecido pero el ministerio vacila sobre la concesión de las licencias a varias empresas para la fabricación de cemento en Kenia.
¿Por qué, casi 50 años después de la independencia, nunca se ha atraído a Kenia un fabricante de automóviles para establecer la base a nivel local, mientras el país se ve obligado a ampliar su infraestructura vial para dar cabida a más coches?
Ministerio de Agricultura
La única razón por la que Kenia importa maíz, azúcar y alimentos procesados, mientras que exporta té sin procesar, el café y la horticultura, es una decisión política del Ministerio. El colapso de la exportación de nuez de anacardo, del algodón, del piretro, del café y de los sectores agrícolas es en gran parte debido a la falta de un mercado y al poco apoyo a los agricultores por parte del Ministerio.
Ministerio de Energía
La dependencia excesiva de Kenia del combustible y la hidroeléctrica ha tenido un doble impacto sobre el chelín – que ha hecho subir la inflación y la demanda de dólares, poniendo la moneda local bajo presión. Disponer de fuentes alternativas de energía aliviaría la presión sobre el chelín.
Recientemente, el Ministerio organizó la Conferencia sobre la Energía Nacional cuyas conclusiones fueron que las posibilidades de energías alternativas en Kenia son inmensas.
La conferencia identificó carbón, biocombustibles, eólica, energías solar y nuclear como fuentes de energía alternativas, todas de origen local.
Se han hecho pocos progresos para aprovechar estas fuentes de energía locales, los propios fabricantes locales dicen que están obligados a pagar cuatro veces más que sus homólogos de Egipto y Sudáfrica por la misma unidad de potencia.
Otro problema es que el consumidor keniata se burla de todo lo que procede de fabricación local, prefieren pagar lo impagable por lo importado que consumir producto local, a pesar de la calidad. Esta mentalidad se refleja claramente en una visita a cualquiera de los supermercados donde los productos importados superan con creces los de fabricación local. Esto ha supuesto que el gobierno haya tenido que inyectar dinero en la cadena de supermercados Uchumi, que es el único en el que se puede encontrar una amplia variedad de productos locales.
Ministerio de Turismo
El Ministerio de Turismo, que se encarga de hacer de Kenia un buen destino para el turismo, desarrollando el turismo sostenible como parte del patrimonio nacional, ha hecho un buen trabajo al atraer visitantes, pero una mala previsión en las ventas verticales.
Los datos de la revisión del segundo trimestre económico muestran que los ingresos por turismo disminuyeron en un 2,1 por ciento a 17.7 millones de chelines –aunque el número de turistas que visitan Kenia subió.
Ministerio de Comercio
En su página web, el Ministerio de Comercio dice que es «el responsable de la promoción del comercio nacional, regional e internacional a través de la creación de empresas y un entorno de inversión».
Las evidencias ofrecen una historia diferente. En el primer semestre de 2005, Kenia contó con una exportación de bienes por valor de 31 millones de chelines. Esta cifra ha descendido constantemente a un mínimo de 12.6 millones de dólares en el primer semestre de 2011.
El ritmo de crecimiento de las exportaciones es menos que satisfactorio, teniendo en cuenta que los vecinos de Kenia son cinco países sin litoral: Ruanda, Burundi, Uganda, Etiopía y Sudán del Sur. Kenia no ha tenido una conferencia de comercio en ninguno de los citados países, donde a sus fabricantes y sus productores se les habría dado la oportunidad de explorar los mercados.
Ministerio de Planificación y Visión 2030
En su página web, Visión 2030 dice que es «un plan con visión de futuro y de desarrollo nacional para transformar a Kenia con un rápido proceso de industrialización de renta media nacional en el año 2030”.
Su llamamiento principal es la venta de cosas kenianas para los kenianos en un intento de impulsar el futuro y el crecimiento del país, invirtiendo tiempo y dinero en la generación de riquezas a partir de los recurso del país.
Para ello son necesarios pequeños cambios en la economía del país, ya que los mismos podrían suponer el cambio en el bienestar del país.
Los sistemas móviles de transferencia de dinero han supuesto por ejemplo un buen paso, enfocado en el mercado de masas y han tenido mucho éxito en el país.
Para aumentar la productividad local y ser menos dependiente de las importaciones, el equipo de la Visión 30 debe dirigirse más a los jóvenes, agricultores, innovadores, empresarios y empresas, tanto locales como internacionales, para invertir en Kenia.
Estas medidas deben tener un papel destacado en la organización de conferencias para vincular a los propietarios del capital con aquellos que tienen ideas en ciernes, pero carecen de capital.
(Daily Nation, Kenia. 3 de octubre 2011)
Noticia enviada y traducida por Eva Estaun, española residente en Nairobi.