Estudiantes y profesores han vuelto a las clases el día 14 de diciembre, en la universidad de Benadir, en Mogadiscio, dispuestos a continuar con las clases, a pesar del ataque suicida en la ceremonia de la universidad de la semana pasada, en el que murieron 22 personas.
El gobierno de Somalia culpó del ataque del 3 de diciembre a los insurgentes de Al Shabaab y afirmó que el ataque había sido perpetrado por un joven danés, de ascendencia somalí, de 26 años de edad. El suicida entró en la ceremonia vestido como una mujer, con velo, y se hizo explotar cerca del escenario.
Entre los muertos estaban tres ministros del gobierno y 10 miembros de la facultad de medicina de Benadir. Al menos 35 personas resultaron heridas, entre ellas 5 médicos, profesores de la universidad.
“Hoy me siento contenta y triste a la vez”, declara una estudiante, Fatuma Hussien, en su clase de la universidad, que se reabrió este fin de semana. “”Hemos retomado los estudios, pero nuestros principales profesores no están. Me puse muy triste cuando vi lo que les ha ocurrido a nuestros médicos”.
Los rebeldes no tienen interés por aprender, añadió la estudiante, “pero disfrutan matando a los que son constructivos”.
Al Shababb, el grupo del que Estados Unidos dice que tiene relación con Al Qaeda, ha negado ser responsable del atentado. Pero pocos somalíes los creen.
Las agencias de seguridad occidentales aseguran que el país se ha convertido en un refugio para militantes, entre los que se incluyen jihadistas extranjeros, que normalmente planean ataques por toda la región del cuerno de África, incluso más allá de la misma.
Financieramente incapaz
Desde su cama, en el hospital de Aga Khan, en Nairobi, Kenia, a donde fue trasladado de urgencia para recuperarse de sus heridas en el atentado, el doctor Mohammed Mohamud, decano de la facultad de medicina de la universidad de Benadir, declaró que estaba seguro de que los líderes de Al Shabaab son los responsables de la planificación de la matanza.
El doctor de 48 años, lloraba mientras recordaba el ataque en la ceremonia de graduación, llevándose las heridas manos a la cara. “A ellos no les importa lo que pierda Somalia. Sus planes han hecho posible que pase esto, y ha pasado”, lamentaba Mohamud, “Al Shabaab y sus criminales asociados extranjeros quieren matar a todos los que tengan buen corazón y que puedan ayudar a esta nación a salir de esta confusión”.
De vuelta en Benadir, el estudiante de medicina, Abdirahman Hussein dijo que los ataques también han ocasionado más presión sobre el hospital de socorro de la ciudad, donde él, y muchos de sus compañeros, han estado haciendo prácticas. “El doctor de pediatría de allí, que era profesor en Benadir, ha perdido un ojo. El director médico del hospital también está herido en las manos y el estómago. Ninguno de ellos está trabajado ahora”, señala Hussein, que sufrió heridas leves en la explosión.
Abdiqadir Yusuf Osman, decano de los estudiantes y profesor de estudios islámicos, dijo que la universidad necesita fondos desesperadamente.
“Financieramente, estamos incapacitados para pagar a los médicos-profesores heridos y al mismo tiempo a los nuevos profesores que darán las clases en su ausencia”, lamentó.
(News24, 14-12-09)