Debería comparecer el día 8 de noviembre ante el Tribunal de Apelaciones de Gitega (centro del país), por primera vez en el marco del proceso de apelación, el periodista burundés Hassan Ruvakuki, ya condenado a cadena perpetua en junio pasado por “actos de terrorismo”. Defensores de los Derechos Humanos y también socios internacionales de Buyumbura, siguen de cerca el caso judicial contra el periodista de la emisora independiente ‘Bonesha FM’ y corresponsal de RFI en lengua suahili. Según ‘Reporteros sin Fronteras’ el proceso de apelación es “un auténtico testo para la libertad de prensa en Burundi”. El veredicto de cinco meses atrás, pronunciado por el tribunal de Canzuko, fue unánimemente criticado tanto en el país como en el extranjero.
Durante la audiencia de ayer, que duró ocho horas, comparecieron nueve de los 22 coimputados del mismo proceso, que se declararon todos ‘no culpables’. Se trata de hombres jóvenes –choferes, docentes o agricultores– que en el pasado estuvieron relacionados con la ex-rebelión de las ‘Fuerzas Nacionales de Liberación’ (FNL) de Agathon Rwasa. En primera instancia fueron condenados a 15 años de cárcel por “complicidad en actos de terrorismo”.
Según el fiscal general del tribunal de Gitega, Emmanuel Nyandwi, los imputados hicieron de “guías” a los integrantes de un nuevo grupo rebelde conocido como ‘Frente para la Restauración de la Democracia’ (FDR Abanyagihugu) de Pierre Claver Kabirigi –un ex-militar expulsado por indisciplina– para una serie de ataques en la noche del 20 al 21 de noviembre del 2011 en la provincia de Canzuko (este), limítrofe con Tanzania. Sin embargo “esta tesis no se tiene en pie, ya que en la fecha de los ataques en cuestión se encontraban todos ya encarcelados. Fueron arrestados dos días antes de los hechos de Canzuko”, replica el abogado Prosper Niyoyankana. A fines de noviembre, la Organización de Medios del África Central (OMAC)-Burundi denunció el arresto clandestino de Ruvakuki por parte de agentes de los servicios de inteligencia, desprovistos de mandato, y lo llevaron a un campamento militar en el este del país.
Desde hace meses se multiplican las críticas a la magistratura y al gobierno por una serie de sentencias controvertidas que demostrarían el control de la justicia por parte del poder político. Varios informes de organizaciones locales y de las Naciones Unidas manifestaron su preocupación por el clima de intimidación que rodea a los trabajadores de la información y a activistas de la sociedad civil. Desde las elecciones contestadas del 2010, ganadas por el presidente Pierre Nkurunziza y su partido (CNDD-Fdd), se han denunciado numerosos hechos de violencia, desapariciones forzadas y asesinatos con un saldo de casi 400 muertos.
(MISNA, 08-11-12)