El reino de Suazilandia asegura que su primer ministro iba a recibir un premio por su “contribución a la humanidad”, el pasado día 2 de octubre, pero el grupo que le ha concedido este honor parece ser poco más que un teléfono y una página web en Florida, Estados Unidos.
La decisión de reconocer al primer ministro Barnabas Dlamini con un “Premio de Ciudadano del Mundo” ha desatado la indignación de los grupos de derechos humanos, que han criticado el mal historial en materia de derechos humanos y la resistencia a las reformas democráticas en la última monarquía absoluta de África.
El primer ministro, que atrajo la atención recientemente por haber hecho unas declaraciones en los medios de Suazilandia diciendo que los que protestaban contra el gobierno deberían ser torturados, ya ha viajado a las Bahamas para recoger el premio, según su oficina en Suazilandia.
El portavoz del gobierno Macanjana Motsa, que le acompañó en el viaje, no ha respondido a las llamadas de teléfono de la prensa, para preguntarle si el reino ha tomado alguna medida para determinar la legitimidad de este premio o si se ha pedido al reino que pague algún coste asociado al premio.
Aunque Suazilandia tiene un primer ministro, el rey Mswati III, ostenta casi todo el poder en el reino, empobrecido y asolado por el sida, de un millón de habitantes, rodeado por tres lados por Suráfrica y por uno, por Mozambique.
Ley antiterrorista draconiana
Amnistía Internacional ha declarado a principios de este mes que “los activistas políticos, los defensores de los derechos humanos y los sindicalistas han sido acosados, amenazados, maltratados y detenidos por la policía de Suazilandia durante el último año, bajo una “draconiana ley antiterrorista”.
La página web del premio al Ciudadano del Mundo también incluye una lista de miembros de la junta directiva, que al menos un respetado grupo pacifista ha declarado que utiliza su nombre sin su consentimiento.
Richard Allen, abogado de la Fundación World Peace, dice que el nombre de la Fundación aparece en esa página web “sin la autorización de mi cliente” y negó toda relación de la Fundación ni ninguno de los miembros de su Junta Directiva, con la organización que concede el premio de “ciudadano del Mundo”.
Entre otras irregularidades que presenta la misteriosa organización, en la página web de World Citizen Award se dice que la medalla que concede al ciudadano del Mundo fue diseñada en 2007 por el escultor noruego Gustav Vigeland, ayudado por el grabador suizo Erik Lindberg. Pero Vigeland, que diseñó el premio Nobel de la Paz, murió en 1943 y Lindberg, murió en 1966.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 02-10-10)