Mientras que las maniobras de pre elección para la dirección general de la UNESCO se ponen en marcha esta semana en la sede de la organización de la ONU, en París, los medios de comunicación internacionales se han mostrado muy críticos con el candidato Farouk Hosni, el ministro de Cultura de Egipto, por su incesante odio hacia Israel y el papel fundamental que ha desempeñado en la atrofiante censura burocrática de su propio país.
Hosni, de 71 años, ha sido ministro de Cultura durante las últimas dos décadas, también es pintor y diplomático. Su candidatura fue impulsada por el presidente Hosni Mubarak, que ha hecho campaña entre los líderes mundiales a favor de la idea de que ya es hora de que un árabe ocupe el puesto de director general de la UNESCO.
A lo largo de su carrera, Hosni ha acumulado un largo historial de intercambios opuestos con Israel, afirmando en repetidas ocasiones que la normalización entre los dos países debe esperar a la resolución del asunto de Palestina, y advirtiendo que una apertura a la cultura judía sería peligroso para el estado de Egipto.
Pero su postura más famosa tuvo lugar en mayo del año pasado, cuando dijo a un miembro islamista del parlamento egipcio que quemaría personalmente todos los libros israelíes que encontrase en las librerías egipcias.
Sin embargo, Hosni ha pedido disculpas por estas afirmaciones hace tres meses, en su campaña para el puesto directivo de la UNESCO. En un comunicado publicado en París, atribuyó estas manifestaciones a un temperamento apasionado y a una metáfora utilizada en lengua árabe, que suena más fuerte de lo que es en realidad. Pero para sus oponentes, particularmente los activistas e intelectuales judíos, la evocativa imagen de Hosni quemando libros no desaparece, y piden que sea descalificado para el puesto.
Hosni, que estuvo en París la semana pasada para promocionar su candidatura, ha obtenido el apoyo de la Liga Árabe, de la Unión Africana y de la Organización de la Conferencia Islámica. Si todos los países que pertenecen a estas agrupaciones le votan como han prometido, Hosni obtendrá una relativamente fácil victoria. Pero algunos países africanos, a los que han presionado los oponentes de Hosni, han dado muestras de su disposición a cambiar de candidato.
(African Press Agency, 11-09-09)