Siguiendo el camino de sus dos predecesores, Obama dio a conocer su iniciativa para África: Power Africa (Llevar la energía a África). Bill Clinton lanzó su Acta para el Crecimiento y las Oportunidades de África (AGOA), un acuerdo comercial que permite a los países africanos exportar sus productos libres de impuestos a los mercados americanos. George W. Bush firmó el Plan de urgencia del Presidente para la Lucha contra el Sida, PEPFAR, una iniciativa que le aportó una cierta popularidad en el continente.
No hay ninguna duda de que para la mayoría de la gente en África, la electricidad sigue siendo inaccesible e inasequible. Incluso para los ricos, la oferta limitada hace que su disponibilidad sea poco fiable y los frecuentes apagones son una realidad para los habitantes de África. De los 1.200 millones de personas que viven en la oscuridad en el mundo, 550 millones viven en África.
¿Duplicar el acceso a la energía en el África subsahariana?
El Banco Africano de Desarrollo BAD estima que solamente un 42 % de los africanos tienen acceso a la electricidad, contra el 75% en el mundo desarrollado. En África subsahariana, el acceso a la electricidad es todavía más débil, es un 30 % en total, un 14% en las zonas rurales. Este déficit de electricidad tiene efectos nocivos: los niños no reciben una educación de calidad porque son incapaces de estudiar por la tarde y es imposible hacer funcionar las instalaciones modernas de atención médica. Es evidente que hay mucho que hacer. Para cubrir este vacío, el Banco Mundial calcula que son necesarios 93 millones de dólares de inversiones anuales en la infraestructura de África, durante un periodo de 10 años. Dada la falta, África necesita enormes inversiones nacionales, regionales e internacionales para “llevar la luz allá donde hay oscuridad”, como ha dicho Obama. En un discurso pronunciado en la universidad de Ciudad del Cabo, el presidente americano prometió 7.000 millones de dólares en los cinco próximos años, para duplicar el acceso a la electricidad en África. Esto es lo que declaró: “hoy, estoy orgulloso de anunciar una nueva iniciativa. Hemos tratado la agricultura. Hemos tratado la salud. Ahora, vamos a hablar de la energía: Power Africa, una nueva iniciativa que permitirá duplicar el acceso a la energía en el África subsahariana. Duplicarla. [Aplausos] Vamos a comenzar por invertir 7.000 millones de dólares del gobierno americano. Vamos a trabajar en asociación con el sector privado, que se ha comprometido a invertir más de 9.000 millones de dólares”.
7.000 millones de dólares son una gota de agua
Es cierto, Obama pronunció dos veces la palabra “doblar”. El gobierno americano ha prometido 7.000 millones de dólares, mientras que el sector privado americano, un montante suplementario de 9 millones de dólares en un periodo de 5 años. ¡Duplicando así el acceso de África a la electricidad! Los titulares de los periódicos retuvieron esa frase: “Los EEUU prometen miles de millones para duplicar el acceso a la electricidad en África”, para la NPR (Radio Nacional Pública); “Obama anuncia un plan para impulsar la electricidad de los africanos”, para Bloomberg News; “Obama se compromete a ayudar a duplicar la electricidad en África subsahariana”, para el Christian Science Monitor. Puede que el mejor análisis lo haya hecho Forbes, con suficientes detalles sobre el proyecto, que es más una inversión que un compromiso de ayuda (un cambio, por otra parte, bienvenido). Es loable que la administración Obama quiera ayudar a África a reforzar la red eléctrica y a obtener electricidad para su pueblo. Pero reconozcamos que 7.000 millones de dólares representan una gota de agua, comparado con las necesidades de electricidad en África. En realidad, es difícil sostener la afirmación según la cual una cantidad tan modesta como 7.000 millones de dólares, o incluso 16.000 millones si incluimos las inversiones del sector privado, va a permitir “doblar” el acceso a la electricidad en el África subsahariana. África dispensa ya más de 45.000 millones de dólares cada año en sus infraestructuras (según estimaciones de 2009 del Banco Mundial), y una proporción importante va a la alimentación eléctrica. ¿Cómo quieren que 7.000 millones de dólares en 5 años (es decir, 1.400 cada año), por magia, dupliquen el acceso a la electricidad?
5 minutos de luz eléctrica por hogar al día
Bright Simons del Think Tank IMANI, de Accra, Ghana, ha reaccionado en el Financial Times: “Si toda la electricidad producida en África fuera repartida a partes iguales, cada hogar tendría para alimentar una bombilla normal durante unas 3 horas y media al día por persona. La nueva iniciativa de Obama, si su puesta en marcha llegase a ser perfecta, permitiría alargar esta duración unos 18 minutos. Porque los desafíos de la electricidad en África no solo están relacionados con la inversión en la producción, la puesta en marcha nunca puede ser perfecta. Por ejemplo, si todo el dinero destinado a esta iniciativa fuera consagrado a construir centrales eléctricas, (…) todavía haría falta resolver los desafíos de mantenimiento y, en relación con los mismos, los de una administración eficaz del sistema energético, que comprende la inversión en la transmisión y la distribución, así como garantizar que las personas paguen precios realistas por la electricidad que consumen. En numerosos países africanos, esto está lejos de ser simple, y desde hace décadas. Una vez estos factores se toman en consideración, sería extraordinario que la iniciativa pudiera ofrecer cinco minutos de luz eléctrica por hogar africano cada día”. Es cierto que África necesita desesperadamente aumentar la inversión con el fin de responder a sus necesidades de alimentación eléctrica. Así, la nueva iniciativa de Obama es bienvenida allá. Pero no duplicará el acceso a la electricidad en África. Simplemente, el cálculo no es correcto. La iniciativa podrá constituir un poco de ayuda, pero no hay que sobreestimarla.
(Afrik.com, 11-07-13)