«La agro-ecología: la mejor respuesta al cambio climático»
El País «: ¿Qué propósito tiene su visita a Burkina?
Pierre Rabhi : Desde 1981, he trabajado mucho tiempo en Burkina Faso: fui responsable del centro de formación de agro-ecología de Gorom-Gorom. He venido para ver con mis socios cómo continuar. Yo mismo tengo una granja en Francia. Aquí vine en misión, en el marco del Centro de relación Internacional entre agricultores para el desarrollo (CRIAD). Desde 1981, y mientras seguía ocupándome de mi granja en Francia, estuve viniendo aquí para promover la agro-ecología. Siempre vengo para la agro-ecología. Estamos haciendo un trabajo de concientización sobre el hambre, el cambio climático y los problemas de fertilizantes (que cada vez cuestan más caros). Actualmente mucha gente del “tercer mundo” (especialmente en la zona del Sahel, como aquí, que ha sufrido sequías e importantes cambios climáticos) se pregunta “¿qué tipo de agricultura para el mundo de hoy?”. No olvidemos que en los años 70, hubo un gran cambio climático debido a la sequía; así que entre la sequía, el precio de los fertilizantes y sus efectos nocivos sobre el medio ambiente, es necesario encontrar un camino válido. Hoy por hoy, el único camino válido, reconocido mundialmente, es la agro-ecología.
¿Qué es exactamente la agro-ecología?
La palabra “Agro-ecología” está compuesta por dos vocablos: “agro” y “ecología”. La agricultura moderna se basa en fertilizantes químicos, en pesticidas y en semillas seleccionadas. Yo mismo he constatado los efectos catastróficos de la agricultura química en el suelo, en la contaminación de las aguas y en la pérdida, en gran parte, de la biodiversidad familial. Por eso, opté por gestionar mi granja en agro-ecología. La gente no sabía muy bien en qué consistía, salvo que demostramos que la agro-ecología era, en comparación con cualquier otro método, la mejor respuesta, incluso en suelos áridos. Aquí, los suelos son áridos. La aridez hace que la insolación sea muy fuerte. Ese exceso de sol esteriliza los campos, los recalienta y hace desaparecer los microbios indispensables para su funcionamiento. Para nosotros, un terreno es algo vivo, lleno de microbios, lombrices, insectos, etc. Es como un estómago que trabaja. Ese terreno, cuando se siembran las semillas, produce las sustancias necesarias. Si el suelo no recibe lo que necesita para elaborarlas, su metabolismo es deficiente. Uno de los elementos absolutamente esencial para la vida del suelo, es el humus. Los suelos de aquí son a la vez áridos y pobres.
Cuando llueve, el agua erosiona el suelo llevándose la tierra. Existe, pues, un gran problema ya que, al mismo tiempo se pierde el agua y la tierra. La agro-agricultura consiste en alimentar el suelo y fertilizarlo con materia orgánica elaborada. Se coge la materia orgánica, el estiércol, la paja, etc. y se le someta a una fase de fermentación, haciendo montones y humedeciéndolos. Al cabo de un par de meses, mediante un proceso biológico, tenemos el humus. El humus tiene varias ventajas. Por un lado, una ventaja física, por ejemplo: da cuerpo cuando se trata de suelos que son muy arenosos, sin cuerpo; ablanda el terreno cuando el suelo es demasiado duro, con mucha arcilla. El humus, además, tiene capacidad para almacenar hasta cinco veces su propio peso en agua. A veces, la materia orgánica retiene hasta diez veces su propio peso en agua. Es lo ideal para luchar contra la sequía.
Por otra parte, contiene todos los nutrientes necesarios para la planta. Tiene bacterias, que son muy importantes. El humus bien elaborado es una levadura que infesta positivamente el suelo de microbios. Estos revitalizan el suelo. La agro-agricultura interviene para regenerar el suelo. Existe también la gestión del agua de lluvia mediante técnicas de lucha contra la erosión y la recuperación del agua del suelo. Además, hay que introducir la reforestación. El árbol es enormemente importante por varias razones. La agro-agricultura es todo eso, y también la protección de las semillas. Se ha perdido gran cantidad de semillas tradicionales en beneficio de semillas modificadas. Hay que hacer todo lo posible para recuperar las tradicionales. La agro-agricultura es también una filosofía: volvemos al amor de la tierra; amamos la tierra que nos alimenta. La cuidamos porque la queremos y, cuidándola, ella nos alimenta.
Al escucharle, ¡usted no parece ser muy partidario de los OGM!
Estoy abiertamente en contra de los OGM porque son lo que llamamos “quimeras”. Jamás la naturaleza ha mezclado de ese modo las especies, quiero decir los genes. Durante mucho tiempo, hemos cruzado las plantas, pero nunca se tocó a los genes. Los OGM son también los Organismos genéticamente modificados y patentados. Lo que significa que la gente no podrá acceder a esas semillas sin pagar. Sabemos que los países llamados “en desarrollo” tienen ya muchas dificultades y por eso nos oponemos a los OGM porque los hacen “dependientes”. Son las trans-internacionales las que sacan beneficios de todo y las que suprimen la libertad y autonomía de los pueblos.
¿Está satisfecho con las conclusiones de la Cumbre de Copenhague?
No, en absoluto. Actualmente me consideran en Francia como la tercera personalidad en el campo de la ecología. Nunca he pensado que, en dichas reuniones se puedan abordar de verdad los problemas de la ecología. Hay demasiados intereses económicos.
La cumbre ha sido un fracaso porque detrás de todo eso existen más intereses financieros que el interés por la naturaleza y las personas.
¿Qué piensa usted de las políticas africanas sobre la agricultura?
La cuestión alimentaria será cada vez más difícil porque, existen empresas internacionales que se han organizado para confiscar a la humanidad su capacidad de sobrevivir por sí misma. Hoy, hay que respetar a los campesinos, ocuparse de ellos y colaborar en su formación. Un país que no puede alimentarse, no puede ser un país libre, del mismo modo que un ser humano que no se alimenta no puede ser un hombre libre. Los países pueden ser libres gracias a su campesinado, a condición de que se le sostenga, se le apoye y se le promocione de verdad.
Háblenos de la fundación que quiere establecer en Burkina.
He venido para establecer la “Fundación Pierre Rabhi” para la agro-ecología, la seguridad y la higiene alimentaria. Entiendo por seguridad que, en términos cuantitativos, los países puedan alimentar a sus hijos y preparar las generaciones venideras a ser los futuros ciudadanos. También existe la cuestión de la higiene, es decir que, hoy, los alimentos transmiten gérmenes muy perjudiciales para la salud pública. Se emplea gran cantidad de productos químicos. Tengo amigos científicos que afirman que, hoy, los alimentos están destruyendo la salud física vehiculando sustancias tóxicas. Acostumbro a decir que, dentro de poco, cuando nos inviten a comer, tendremos que desearnos buena suerte, pues cualquier alimento puede transmitir enfermedades. El aumento del cáncer, las enfermedades de la sangre, incluso las enfermedades del cerebro, son debidos a una alimentación que contiene sustancias tóxicas. La agro-ecología es, pues, cuestión de producir en cantidad y también de producir mejor calidad. La comida debe de ser nuestra medicina. El campesino debe tener prioridad sobre el médico. Si uno está bien alimentado, muchas patologías desaparecen.
Interviú realizado por Fabrice Lassina SANOU
Le País, 5 de febrero 2010
El servicio de Edición en Lenguas Nacionales de Kudugo (Sedelan) acoge con satisfacción la llegada de Pedro Rahbi a Burkina. Siendo su objetivo que todos los agricultores puedan hacer suyas las técnicas modernas de la agro-ecología, desdeahora estamos dispuestos a colaborar con su fundación, y a facilitar el acercamiento de esta fundación con las organizaciones campesinas, La agroquímica y sus peligros nocivos están superados ¡Es hora de pasar decididamente a la agro-ecología!
Kudugu, 5 de febrero 2010
Maurice Oudet
Presidente del Sedelan
