La llegada de la italiana ENI, con vistas a la explotación del petróleo del lago Edouard, ha generado émulos en los medios petroleros y firmas importantes han entrado en la puja. La compañía francesa Total y la americana Exxon se han involucrado en la carrera. Le toca a Kinshasa sacar provecho de esta avalancha hacia el petróleo del este de la RDC. Ya no se trata de pequeñas compañías, sino de gigantes de la industria mundial de los hidrocarburos que se muestran interesados en las reservas congoleñas. La batalla por el acceso al crudo del lago Albert va a ser ruda y Uganda se ha adelantado a la RDC.
El magacín Africa energy intelligence, bajo el título “Las grandes se lanzan de cabeza en los Grandes Lagos”, afirma que TOTAL entrará pronto en el Graben Albertine, ENI está en primera línea en el lago Edouard y EXXON está al acecho. En este año electoral la RDC necesita ingresos para hacer frente a los imperativos electorales, pero tiene que adoptar opciones juiciosas para evitar vender a la baja el patrimonio nacional.
El interés de la industria del petróleo en las reservas del este recomienda que el Estado actúe sabiamente y con prudencia en la identificación de los socios. Se trata de evitar lo que ha sucedido en otros sectores como el minero, en el que se firmaron contratos y convenios mal atados que han exigido revisiones posteriores para corregir irregularidades y para reponer en primer plano los intereses del Estado.
Todo el mundo ya lo sabe y está convencido de que las tensiones recurrentes y los conflictos que sacuden el este de la RDC tienen sus raíces en el acceso a la explotación y comercialización de los recursos naturales, como el coltan, la casiterita o el oro. Resulta que ahora, a ello se añade el petróleo de esta región ensangrentada de la RDC. De ahí que sea necesario que el gobierno se inspire en este turbulento pasado. Los errores cometidos en la explotación minera no deben repetirse con el petróleo. Kinshasa debe en consecuencia definir previamente y precisar con claridad los términos de los acuerdos de partenariado.
Las grandes maniobras ya han comenzado. Hasta ahora, la RDC se ha contentado con una pequeña producción de 25.000 barriles diarios en el litoral atlántico del Bajo Congo por parte de la compañía francesa Pareco. Ahora la mirada se dirige hacia el este, donde se evalúan unas reservas en miles de millones de barriles. Ya se habían lanzado a la batalla varias compañías menores como Tullov Oil y Heritage Oil. Por ahora sólo las empresas Caprikat y Foxwelp para el lago Albert y Soco para el parque nacional Virunga han sido autorizadas a explorar. Pero estas empresas no tienen un gran peso en el damero mundial, lo que jugaría en su contra en la fase de explotación. La anunciada llegada de los gigantes del sector puede avivar las tensiones, pero el poder de Kinshasa no debe equivocarse. La RDC y los congoleños son los que deben sacar provecho real del maná que significa el petróleo del este.
(Resumen de un artículo de Le Potentiel 03/03/2011)
Traducción y resumen de Ramón Arozarena.