Contra la pena de muerte es necesario una moratoria, una prohibición constitucional y un trabajo de sensibilización de pueblo en pueblo, dijeron a la MISNA misioneros combonianos que promueven una campaña (con la ayuda de los obispos) cuyo objetivo es detener las ejecuciones capitales en Sudán del Sur.
La labor de los religiosos por los derechos humanos está manifestada en una carta que fue enviada a los obispos sursudaneses después de la ejecución de cinco condenas a muerte, por lo menos, en Juba, la capital, y en la ciudad de Wau. En el texto se hace referencia a la exhortación apostólica post-sinodal “Africae Munus”, y en particular al pasaje en el que Benedicto XVI hace hincapié en la necesidad de abolir la pena de muerte para promover la justicia, la paz y la reconciliación.
“En la carta pedimos la moratoria de las ejecuciones, una prohibición constitucional que sea incluida en la Ley Fundamental, que sustituirá a la temporal, y la puesta en marcha de una campaña de sensibilización, con el apoyo de las Comisiones de Justicia y Paz de las distintas diócesis” dijo el padre José Vieira.
Desde el 9 de julio de 2011, día de la proclamación de la independencia de Jartum, en Sudán del Sur rige una constitución provisoria que admite la pena de muerte para casos particularmente graves. La esperanza de los combonianos y combonianas es que los obispos presionen al presidente Salva Kiir para que el mismo implemente una moratoria de inmediato.
Recientemente, también la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos había solicitado una suspensión de las ejecuciones en Sudán del Sur. En un comunicado, el organismo de la ONU recordó las resoluciones aprobadas por la Asamblea General sobre una moratoria sobre la pena de muerte. “Hasta la fecha, son cerca de 150 los Estados miembros de la ONU que han abolido la pena de muerte o introducido una moratoria, de derecho o de hecho” señaló la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
(MISNA – Missionary International Service News, 24-09-12)
