Para tratar de restablecer la seguridad en las calles de Bangui –donde actualmente rige un toque de queda nocturno– se llevan a cabo patrullas nocturnas mixtas entre hombres de la Seleka y efectivos militares de la Fuerza Multinacional de África Central (FOMAC), que arrestan a toda persona en posesión de objetos robado, mientras han sido recuperados unos “150 vehículos , según informa la emisora local ‘Radio Ndeke Luka’.
“Pedimos disculpas por los daños colaterales y estamos trabajando para resolverlos cuanto antes”, aseguró el nuevo hombre fuerte en Bangui, el líder rebelde Michel Djotodia, autoproclamado presidente, que se comprometió también a “dar respuesta a los sufrimientos de los centroafricanos, causados por mi predecesor Bozizé”, a quien acusó de “desgobierno y gestión clánica del poder”.
Mientras tanto se realizan intensas tratativas para la formación de un nuevo gobierno y para la distribución de cargos en las instituciones de una transición que debería durar tres años. Fuentes internacionales de prensa señalan que incluso algunas personalidades relacionadas con el gobierno anterior están negociando con la Seleka la confirmación en sus cargos, entre ellos Josué Binoua, el anterior ministro de Seguridad.
Desde Camerún, fuentes de la prefectura de Batouri (este del país) informaron de la llegada de un grupo de 12 personas entre las cuales se encontraban una mujer y otros integrantes de la familia del ex-presidente centroafricano. Bozizé se encuentra en cambio en Yaundé, donde se aloja en el Hotel Hilton, “en espera de partir hacia otro país de acogida”, precisó la presidencia de ese país.
Una nueva condena del golpe de estado llegó desde Washington, que considera a la Seleka “responsable de destrucción en gran escala” y piden al nuevo poder que “dejen gobernar el país al primer ministro Tiangaye y su gabinete”.
Fuentes africanas de prensa y algunos observadores destacan que los acontecimientos políticos en Bangui han abierto el camino a nuevas dinámicas regionales. Según ‘Afrikarabia’ “una nueva rebelión está amenazando tanto a Chad como al mismo Djotodia”. La semana pasada Timan Erdimi, líder de la rebelde Unión de Fuerzas para la Resistencia (UFR), anunció la reanudación de la insurrección contra el presidente Idriss Deby Itno. En este momento Erdimi pretende unirse con los exponentes de la Seleka que discrepan con las posiciones de Djotodia y con su ex-aliado Mahamat Nouri, líder de la Alianza Nacional para el Cambio y la Democracia (ANCD). Elementos disidentes, desilusionados y descontentos, podrían unir sus fuerzas rápidamente y dirigirse contra Yamena para derrocar al régimen de Deby, aprovechando el hecho de que 2.000 soldados chadianos están desplegados en Mali. “En esta ecuación compleja queda una sola incógnita –concluye ‘Afrikarabia– y es el papel de Francia. En el 2008 las tropas francesas fueron a salvar al soldado Deby al palacio presidencial de Yamena, tomado por asalto por los rebeldes. No es seguro que lo vuelvan a hacer en el 2013”.
MISNA 27 marzo 2013