Por primera vez desde que comenzó la disputa entre el gobierno nigerino y el coloso del uranio Areva, el gobierno francés (que participa en la empresa con el 80% de las acciones) se expresó sobre el tema y dijo que las demandas de Niamey “son plenamente legítimas”. Para la prensa nigerina, este cambio que marca un hito trascendental en las relaciones entre los dos países.
Quien declaró que las demandas del gobierno de la ex colonia son legítimas fue el ministro de Desarrollo, Pascal Canfin, quien habló sobre el tema durante una audiencia en el Parlamento, luego de la visita del canciller nigerino a París, el 4 de febrero.
En respuesta a la pregunta formulada por un diputado del partido ecologista, Canfin añadió que “el gobierno espera que el nuevo equilibrio sea compatible con el desarrollo del Níger, que es tema de interés también para nosotros”. Un interés económico, sin duda, ya que Níger se prepara para convertirse en el segundo mayor productor de uranio del mundo, pero también estratégico, ya que el país africano es considerado un aliado de Francia de primer nivel en la lucha contra los movimientos radicales armados en el Sahel.
La controversia entre el gobierno del presidente Mahamadou Issoufou y Areva gira en torno a la solicitud de las autoridades nigerinas de aplicar el nuevo código de minería, aprobado en 2006, a las concesiones que explota la empresa francesa. Desde hace meses, la sociedad civil y también el gobierno del país del Sahel vienen denunciando una asociación “desequilibrada” a favor de la empresa francesa. El uranio representa el 70% de las exportaciones de Níger, pero contribuye sólo al 5% del Producto Bruto Interno (PBI), además de los graves daños causados al medio ambiente y a la salud de los trabajadores locales en las últimas décadas.
MISNA